Adiós Andrés… ¿Hola Gabriel? en ‘Sueños de libertad’, avance capítulo 348, 11 de julio
La noche más devastadora en la vida de María marca un punto de no retorno: Andrés, dormido junto a ella, pronuncia en voz alta y desgarrada el nombre de otra mujer —Begoña— revelando que, incluso en su inconsciencia, su corazón le pertenece a quien no es su esposa. María, rota por dentro, exige respuestas, pero la confesión de Andrés es tan clara como dolorosa: sigue amando a Begoña, y no sabe cómo arrancársela del alma.
María, humillada y sin consuelo, se enfrenta a la dolorosa certeza de que ha estado viviendo una mentira. Su matrimonio, lejos de reconstruirse, está hecho trizas. La rabia y la desesperanza la empujan a tomar una decisión temeraria. Si no puede recuperar a Andrés por las buenas, entonces destruirá lo que aún lo une a Begoña. En su mente se forma un plan oscuro y frío que involucra a una pieza clave del tablero: Gabriel de la Reina.
Mientras tanto, en casa de los Merino, un descubrimiento inesperado desata una crisis infantil: el pequeño Teo encuentra las pastillas del corazón de Gema, su madre adoptiva. El hallazgo revive los fantasmas del pasado y lo enfrenta al temor más profundo de su infancia: perder otra vez a la mujer que más ama. Aterrorizado, reacciona con violencia en el colegio, provocando una situación tensa que deja a todos desconcertados. Gema y Joaquín, aunque comprensivos, saben que el daño emocional en Teo es profundo y difícil de revertir.
En otro rincón de la colonia, la Cantina Fina se convierte en escenario de confesiones inesperadas. Chema, el chófer ruidoso y persistente, pide perdón sinceramente a Claudia por su comportamiento invasivo. Ella, sorprendida por el gesto, le otorga su perdón. Pero mientras Chema celebra la “amistad renovada”, entre Claudia y Raúl se intensifica una conexión sutil que ninguno de los dos se atreve aún a verbalizar.
En el dispensario, Begoña y Luz deciden ayudar a la familia del hombre que robó medicinas, conmovidas por la desesperación que sintieron en sus ojos. Luz, además, lanza una advertencia clara: Begoña debe dejar atrás a Andrés y rehacer su vida. Es hora de cerrar el libro y escribir una historia nueva. Lo que ninguna de las dos sospecha es que, en otra parte de la mansión, ese “nuevo comienzo” podría verse manipulado por la venganza de María… o por los planes más siniestros de Gabriel.
Pelayo Cortázar, mientras tanto, cruza una línea ética irreversible: acepta utilizar información sucia para hundir a su rival político. Bajo el consejo frío y cínico de Damián, renuncia a sus principios en nombre del poder. La decisión marca el inicio de su descenso hacia la corrupción, y lo alinea cada vez más con los métodos turbios de los De la Reina.
Y en ese mismo despacho, Gabriel presenta a su tío un hallazgo legal devastador: una cláusula antigua en los estatutos familiares permitiría destituir a María de la junta si logran probar su “inestabilidad mental”. Damián, entusiasmado, le da luz verde para ejecutar el plan. El objetivo: hacer que María pierda el control en público, recopilar pruebas, y eliminarla del poder sin dejar huella. Gabriel acepta el reto con una sonrisa gélida. La cacería ha comenzado.
Lo que nadie espera es que María, al borde de la desesperación, se acerque precisamente a Gabriel en busca de ayuda. Consciente de que entre él y Begoña hay una atracción latente, le propone un pacto escalofriante: que seduzca a Begoña, que la haga enamorarse, para así romper definitivamente el vínculo que aún la une a Andrés. A cambio, le promete su voto en la junta.
Gabriel escucha su oferta con curiosidad… y luego la rechaza sin piedad. No solo se burla de la desesperación de María, sino que le revela que ya tiene un plan para eliminarla del juego, que no necesita su voto porque pronto no tendrá ninguno que dar. María queda helada. Ha ido en busca de un aliado y ha despertado al enemigo más letal.
En otro frente, Cristina, cada vez más asfixiada por las exigencias de Beltrán, comienza a cuestionarse seriamente si ese es el hombre con el que quiere pasar el resto de su vida. Su pasión por la perfumería choca con las expectativas tradicionales de su prometido, y cuando él aparece por sorpresa en su lugar de trabajo, el gesto que pretendía ser romántico solo acentúa la distancia emocional entre ellos. La semilla de la duda ha germinado, y Cristina sabe que la respuesta está más cerca de su corazón que de cualquier ramo de flores.
La noche cae de nuevo sobre la colonia, pero ya nada es igual. María, traicionada por Andrés, despreciada por Gabriel y consumida por la rabia, entiende que la guerra que librará a partir de ahora no será por amor, sino por poder… y por su supervivencia. Mientras tanto, Gabriel ya afila los cuchillos. La batalla definitiva entre los De la Reina está a punto de comenzar. Y solo uno quedará en pie.