🌀 MARTA AND FINA – Sueños de Libertad Capítulo 303: “Intentaré ver a mi esposa, si ella quiere verme” – YouTube
⚠️ Spoiler (parafraseado):
En este episodio de Sueños de Libertad, una conversación aparentemente casual entre Marta y Pelayo en el laboratorio se transforma en un diálogo profundamente emocional, lleno de silencios tensos y sentimientos reprimidos. Lo que empieza como un intercambio sobre trabajo y política, rápidamente revela las grietas emocionales entre ambos.
Pelayo, con un tono ligero pero cargado de significado, reconoce que ni él ni Marta parecen sentirse cómodos en ese momento. Aunque ella intenta mantener la charla centrada en lo profesional, justificando las decisiones artísticas de su primo Luis y la necesidad de mantener contentos a los clientes, la conversación pronto cambia de rumbo. Pelayo menciona que ya ha hablado con su padre y hermano sobre la inminente partida de Vaca, y ve en esta situación una oportunidad para meterse de lleno en la política.
Con la intención de abrir una nueva etapa, la invita a acompañarlo a un almuerzo con un contacto político relevante. Marta, aunque acepta, sugiere que lo mejor sería que él asistiera solo, pues así tendría mayor libertad de conversación. La sugerencia, amable en la superficie, revela también una creciente distancia entre ellos.

La tensión se profundiza cuando Marta menciona a Fina. Las heridas aún frescas tras un conflicto reciente se hacen evidentes. Marta comparte que tiene la intención de nombrar a Fina como su heredera ante notario, lo que descoloca completamente a Pelayo. Aunque intenta disimularlo, su desaprobación es evidente. Le advierte que dejar su patrimonio a alguien fuera de la familia no solo generará tensiones emocionales, sino que también puede provocar escándalos y conflictos sociales. Sus palabras revelan una mezcla de preocupación sincera y egoísmo encubierto.
Marta, sintiéndose juzgada y decepcionada, le recuerda a Pelayo una antigua promesa: que nunca trataría de limitar su libertad. Ahora, sin embargo, él cuestiona directamente una de sus decisiones más personales. Aunque él insiste en que todo lo hace por cuidarla, Marta percibe que también está intentando proteger su propia imagen y futuro.
El encuentro termina sin reconciliación. Pelayo se marcha al almuerzo, dejando a Marta sola, visiblemente afectada y atrapada entre su amor por Fina y las exigencias implícitas de una familia que no termina de aceptarla. Esta escena deja al descubierto no solo las divisiones sentimentales entre Marta y Pelayo, sino también el complejo juego de poder, lealtades y libertad personal que se libra en cada rincón de la historia.