ANTICIPAZIONI LA PROMESSA 3-4 MAGGIO – ¡DIARIO ROBADO! SANTOS Y PETRA DESCUBREN TODO SOBRE MARÍA
En La Promesa, la tranquilidad es apenas una ilusión. Todo lo que los personajes creían conocer se desvanece cuando el pasado golpea a la puerta… y lo hace con una sonrisa que oculta más de lo que revela. Eugenia, desaparecida durante años, resurge inesperadamente. Ya no es un recuerdo perdido: es una presencia tangible, viva, perturbadora. Su regreso no solo agita los sentimientos de Lorenzo, sino que desestabiliza a toda la casa Luján, incluidos sus muros, su historia… y sus secretos.
Eugenia no ha vuelto con las manos vacías. Carga con heridas invisibles, cicatrices del tiempo y una “maleta” simbólica llena de secretos peligrosos. Aunque aparenta fragilidad, su andar revela una serenidad calculada. Observa, analiza, recuerda. Todos intentan entender sus motivos, pero ella parece ir siempre un paso adelante.
En un intento desesperado por evitar una tragedia mayor, la familia Luján decide proteger su imagen, y no a Eugenia. Para ello, toman una decisión drástica: Curro, ya sin el estatus de heredero, debe fingir que aún lo es. Lo visten con trajes de antaño, le restituyen el título y le asignan un rol que no siente propio. Para él, cada reverencia es una mentira, cada palabra un puñal. Pero acepta, por lealtad, por deber… por la promesa.
El servicio lo observa dividido: algunos lo compadecen, otros lo juzgan, pero nadie habla. Todos entienden que una palabra fuera de lugar bastaría para derrumbar esta precaria fachada. La gran pregunta flota en el aire: ¿cuánto tiempo puede sostenerse esta mentira? ¿Y qué sucederá cuando Eugenia descubra la verdad?
Mientras tanto, Eugenia pasea por los pasillos como un fantasma vestido de seda. Acaricia los muebles como si fueran amigos viejos, sonríe a las habitaciones, pero su mente trabaja con precisión. Ella sospecha. Y en su silencio habita el caos.
En otro rincón del palacio, Manuel y Toño se aferran a un sueño compartido: construir motores de avión. Más que una ambición técnica, es un símbolo de libertad, de futuro, de justicia. Manuel aporta el corazón, Toño el ingenio. Pero el camino está plagado de obstáculos: materiales costosos, deudas crecientes, y una sociedad que aún no está lista para su visión.
Pensaron en vender parte del palacio, pero sería como mutilar su historia. Los préstamos no son opción; nadie apuesta por un proyecto tan ambicioso en tiempos tan inciertos. Aun así, Manuel sigue adelante. Para él, esta empresa es también una forma de honrar a Jana, su amor, su pérdida, su promesa. Un voto silencioso que no puede romper.
Y mientras los sueños se construyen entre herramientas y esperanzas, Alonso observa desde las alturas. Se aferra a las tradiciones, pero se tambalea frente al inminente matrimonio de su hija Catalina con Adriano. Aunque ella ama, Alonso no confía. No lo dice abiertamente, pero se percibe en su mirada, en su silencio. Catalina, harta de renunciar por complacerlo, se planta con firmeza. No cederá esta vez. Adriano, por su parte, mantiene su fachada… pero su verdadera intención aún está por revelarse.
Abajo, entre susurros y miradas esquivas, Petra y Santos descubren algo inesperado: el diario de María. Este hallazgo podría cambiarlo todo. Lo que ahí se esconde tiene el poder de derrumbar la imagen que muchos tenían de ella. El misterio que rodea su pasado, sus verdaderos sentimientos, sus decisiones… está todo escrito, y ahora en manos ajenas.
Rómulo, sin darse cuenta, comienza a mirar a Emilia con ojos distintos. Ella lo nota. Y también los demás. Los rumores corren, los pasillos murmuran. ¿Es afecto? ¿Complicidad? ¿O un escándalo en gestación? En La Promesa, cualquier gesto puede convertirse en tormenta.
Eugenia, siempre presente, se mueve como una pieza clave en un tablero invisible. ¿Su regreso fue una coincidencia o parte de un plan milimétrico? ¿Busca justicia o venganza? Y si es así, ¿quién será su primera víctima?
En los próximos episodios, las verdades comenzarán a emerger. Las máscaras caerán. Algunos serán expuestos. Otros lo perderán todo. Tal vez alguien no salga vivo del palacio. Porque en La Promesa, nada permanece oculto para siempre.
Y la pregunta es inevitable:
¿Quién será el siguiente en romper la promesa… y pagar el precio?