MARTA AND FINA – Sueños de Libertad Capítulo 302: Pelayo llega solo y María empieza a sospechar algo 🔪🔪🔪

⚠️ Spoiler: Una llegada solitaria que despierta dudas y tensiones ocultas

En el episodio 302 de Sueños de Libertad, una conversación aparentemente trivial entre Pelayo y María deja entrever un trasfondo lleno de sospechas, silencios incómodos y posibles conflictos por venir.

Pelayo llega solo, y desde el primer momento María percibe que algo no encaja. Lo saluda con cortesía, pero su atención se centra de inmediato en la ausencia de Marta, lo que la lleva a preguntarle si no venía con él. Pelayo, algo evasivo, le responde que Marta se ha quedado en casa, ocupada con asuntos pendientes en Madrid. La explicación, aunque válida, parece esconder una distancia emocional o una decisión consciente de Marta por mantenerse al margen de lo que ocurre en la casa.

Con un aire de curiosidad, María continúa la charla preguntando si Pelayo planea quedarse a dormir y si está buscando a alguien. Cuando él menciona a Julia, María le informa que la niña había estado más temprano con su madre resolviendo un rompecabezas, pero que ambas habían subido a sus habitaciones hace ya bastante tiempo.

Pelayo entonces comenta que quería pasar a desearle las buenas noches a Julia, pero al no encontrarla en su cuarto, muestra cierta sorpresa. María, algo inquieta, no sabe qué responder con claridad, lo cual deja flotando una sensación de desorientación o posible preocupación sobre el paradero de la niña, y sugiere que algo extraño podría estar ocurriendo.

El ambiente se torna más denso cuando María menciona que nota la casa “muy movida”, una frase que puede entenderse como una referencia velada a las tensiones que atraviesan a los personajes. Ella intenta desviar la conversación preguntando por los hoteles de Pelayo, a lo que él responde con cansancio, diciendo que sigue trabajando en ellos pero que está agotado, por lo que prefiere irse a dormir.

Ambos se despiden con un “buenas noches”, cerrando una charla breve pero reveladora. El silencio, las ausencias y las respuestas a medias cargan de tensión el ambiente, dejando al espectador con la impresión de que algo se esconde tras la fachada de cordialidad.

Este episodio deja una sensación clara: el equilibrio emocional de la casa está comenzando a resquebrajarse, y la ausencia de Marta, sumada al desconcierto en torno a Julia, puede ser la antesala de revelaciones más profundas o conflictos inesperados.