AVANCE DE UNA NUEVA VIDA, ANTENA 3 ESPAÑA, CAPÍTULO 81, SUNA ES EXPULSADA DE LA MANSIÓN
En el capítulo 81 de Una nueva vida, el caos se apodera de la mansión. Orhan, desesperado, exige saber quién le hizo daño a Ifat. Karam, hermano de Abidin, llama para dejar clara su amenaza: quiere de vuelta a Suna. Orhan, furioso, lo desafía y jura que lo encontrará, no para entregarle a Suna, sino para vengarse.
En la casa de la gran dama, Abidin cuestiona por qué pedir a Suna. Karam insiste en que lo hace por su bien. La señora intenta justificar a Karam, pero mientras tanto, Ferit es consumido por la culpa. Sus pensamientos lo acusan de haber arruinado todo y lo empujan al borde del colapso.
Ferit aparece con una pistola y se encuentra con Seiran, quien intenta detenerlo desesperadamente. En la mansión, Atice está en shock y Orhan descubre que el hermano de Abidin está detrás de todo. Izakat, profundamente afectada, pide que todos se marchen, pero Orhan intenta protegerla.
Atice decide hablar con Alisaga, mientras Ferit encara a los hombres armados de Karam. En un momento tenso, dispara sin dudar. Abidin lo confronta, pero Ferit lo desafía: si no lo matan, él disparará. Al final, Abidin cede: le permite a Ferit marcharse con Seiran.
Poco después, la gran dama recibe una llamada. Fría y desafiante, exige que le envíen a Suna, o de lo contrario la matará. Alice se niega a ceder. Tiene solo 48 horas para tomar una decisión.
En paralelo, Ferit, afectado pero determinado, insiste en proteger a su familia a cualquier precio, incluso si eso significa arriesgar su vida. Alice, preocupada, reconoce que Ferit está perdido en una guerra interna. Seiran es la única que puede alcanzarlo emocionalmente y devolverle la esperanza.
Sean tiene una idea: hacerle soñar con un futuro donde pueda ser padre. Alice aprueba con una sonrisa. Luego, Ferit golpea la puerta de Ifat, queriendo hablar. Sean lo detiene para calmarlo, pero Izakat responde desde adentro con rabia y dolor. Finalmente, acepta hablar solo con Seiran.
Durante una desgarradora conversación, Izakat revela que no fue abusada físicamente, pero sí humillada: la desnudaron, le tomaron fotos, se burlaron de ella, y destrozaron su dignidad. Seiran la consuela, compartiendo su propia experiencia de secuestro. Ambas se conectan desde el dolor.
Pero de pronto, Izakat estalla de ira y se lanza contra Suna, acusándola de ser la causa de su sufrimiento. Ferit interviene para detenerla. En un giro impactante, le dice a Suna que debe irse de la mansión por el bien de todos. Suna, devastada, le pregunta si tanto la odia. Ferit mantiene la frialdad: no es odio, es decisión.
Más tarde, ya calmada, Izakat le pide perdón a Seiran por su reacción contra Suna. Seiran no está enojada. La tensión cede, y entre lágrimas, Izakat agradece a Seiran por estar a su lado en su momento más oscuro.
Fuera de la mansión, Kim, nuevo encargado de seguridad, toma el control con firmeza. Ordena a los guardias entregar sus teléfonos para revisar llamadas y mensajes. El objetivo: descubrir quién está en contacto con Abidin. Cualquier traición será castigada con despido inmediato. Nadie puede permitirse errores.
La amenaza contra Suna es inminente. El tiempo corre y las decisiones se vuelven más peligrosas. Ferit, atormentado y dispuesto a todo, parece caminar hacia su propia destrucción.