Spoiler: _‘La Promesa’ capítulo 593 – “Ángela frente al abismo: el juego mortal con Basilio que puede cambiarlo todo”
En el capítulo 593, la tensión en La Promesa alcanza un punto de ebullición. Ángela, con una determinación que arde tras el atentado sufrido por Curro, decide lanzarse de lleno al epicentro del peligro: el casino, un lugar donde el humo, las apuestas y las traiciones se entrelazan. Su objetivo: enfrentarse a Basilio, el oscuro y escurridizo sospechoso detrás del ataque. Aunque en principio el plan lo lideraban Curro y Lope, todo cambia cuando Ángela, desafiando los riesgos, se convierte en la clave inesperada del enfrentamiento. Su capacidad para leer a las personas, más que su destreza en el juego, la lleva a tomar la delantera en una partida donde no solo se juegan fichas, sino también la verdad.
En paralelo, las intrigas hierven en los pasillos del palacio. Catalina continúa con los preparativos de su boda secreta con Adriano, mientras Leocadia refuerza la vigilancia sobre ella, temiendo que ese amor clandestino ponga en peligro sus propios intereses. Petra, cada vez más incómoda con las órdenes que recibe, se ve arrastrada al rol de espía involuntaria.
Simona, por su parte, enfrenta el dolor más temido por una madre: la decepción de su hijo. Toño, en quien Manuel había confiado a pesar de todo, ha vuelto a fallar, involucrándose en un robo de coche y dinero. La noticia, llevada a Simona por Lope, desgarra el alma de la cocinera. Aun así, Manuel intenta consolarla, asegurándole que no perderá la esperanza en el joven.
Mientras tanto, la relación entre Rómulo y Pía se resquebraja. Un enfrentamiento reciente los ha distanciado, y ni siquiera Petra logra obtener respuestas claras sobre lo ocurrido. La tensión entre ellos es palpable, y el silencio ha reemplazado la habitual complicidad. Al margen de este conflicto, Emilia, la enfermera de los gemelos, revela ante el servicio un secreto que cambia la percepción de todos: tuvo una relación amorosa con Rómulo en el pasado. Su historia, marcada por el amor, la separación y los prejuicios de clase, añade una nota melancólica a la vida de los sirvientes.
La batalla por el control de La Promesa también toma fuerza en los altos mandos. Eugenia, regresada del sanatorio con una firmeza renovada, desafía abiertamente a Lorenzo y Leocadia. Ya no es la mujer frágil y manipulable del pasado. Su voluntad de permanecer en el palacio, de reclamar su lugar, desestabiliza a quienes antes la habían dado por vencida. Leocadia, alarmada, exige a Lorenzo la verdad completa sobre su historia con Eugenia, buscando una manera de neutralizarla antes de que sea demasiado tarde.

El capítulo alcanza su clímax en el casino. Curro y Lope, perdiendo terreno ante la habilidad de Basilio, ven cómo el plan se desmorona… hasta que Ángela entra en acción. Su presencia impone respeto, y su audacia en la mesa de juego desconcierta al adversario. Poco a poco, con astucia e intuición, logra revertir la partida. En una jugada decisiva, deja a Basilio sin salida. Ha ganado. Y con la victoria, exige respuestas. Curro y Lope, asombrados, entienden que Ángela no solo fue un apoyo, sino la pieza maestra del plan.
De vuelta en el palacio, Eugenia encara al Marqués Alonso con decisión: ha regresado y no piensa irse. Declara abiertamente su derecho a quedarse en La Promesa, enfrentando a quienes buscan expulsarla. Su nueva actitud plantea un reto mayúsculo para quienes han vivido cómodos en la sombra de su aparente debilidad.
Y mientras todo esto ocurre, Catalina y Adriano, aún en su burbuja de amor prohibido, continúan soñando con un futuro juntos. Sus encuentros furtivos alimentan la esperanza, pero el riesgo crece con cada paso.
El episodio cierra con una sensación inminente de colisión: secretos expuestos, alianzas tambaleantes, y un palacio al borde del estallido. En La Promesa, todos juegan una partida peligrosa… y nadie está a salvo.