🔔 SPOILER — RTVE La Promesa 595: Martina y Catalina frente a su mayor remordimiento

En el capítulo 595 de La Promesa, el pasado alcanza a varios personajes con una intensidad que dejará cicatrices emocionales. El eje del episodio gira en torno a Eugenia, quien ha soportado amenazas y manipulaciones —especialmente por parte de Leocadia y Lorenzo— que casi la llevan de nuevo al sanatorio. Pero ahora, el dolor no solo recae sobre ella, sino también sobre Catalina y Martina, quienes cargan con la culpa de haber guardado silencio mientras su tía era víctima de esa injusticia.

Catalina siente una profunda admiración por la dignidad con la que Eugenia enfrentó su sufrimiento, mientras que Martina se ve consumida por el remordimiento. Por fin comprende que su silencio fue complicidad y que, al no alzar la voz cuando más se necesitaba, dejó a su madre indefensa. Este despertar emocional no pasa desapercibido para Jacobo, quien lleva tiempo intentando protegerla. Consciente del tormento que vive Martina, Jacobo le vuelve a proponer que huyan juntos, dejar atrás Luján y comenzar una nueva vida lejos de intrigas y fantasmas del pasado.

Aunque no es la primera vez que Jacobo lo sugiere, esta vez la situación es distinta. Martina está emocionalmente vulnerable y ya no descarta escapar. Sin embargo, abandonar Luján significaría dejar cuentas sin saldar, heridas abiertas y verdades que aún no han sido enfrentadas. Esa decisión no será sencilla, pero es evidente que el clima en el palacio ya no permite que todo siga como antes.

Mientras tanto, Catalina también enfrenta otro conflicto, esta vez con uno de los personajes más enigmáticos: Rómulo. La distancia emocional entre él y Emilia ha comenzado a inquietarla. Para Catalina, Rómulo es más que un sirviente; es una figura paterna que marcó su infancia. Preocupada por su comportamiento frío y retraído, decide enfrentarlo y preguntarle directamente qué está ocurriendo entre él y Emilia.

Rómulo, como es habitual, guarda silencio, pero la sinceridad y preocupación de Catalina logran romper su muro emocional. Aunque sin entrar en detalles, el mayordomo admite que una vieja decisión de Emilia aún lo hiere profundamente. Pía y Ricardo, al tanto de la tensión, deciden actuar con sutileza: mientras él intenta recordarle a Rómulo su valía y legado en el palacio, ella se acerca a Emilia con la intención de facilitar una reconciliación.

Por otro lado, el conflicto entre Simona y Toño vuelve a cobrar fuerza. Candela intenta mediar una vez más, convencida de que aún hay esperanza de reconciliación. Pero los recientes eventos —como el robo del coche y el dinero de Manuel— han vuelto a minar la confianza. Simona, decepcionada, no está dispuesta a perdonar fácilmente, y Toño, aunque se declara inocente y asegura haber cambiado, no logra convencer a nadie.

Decidido a limpiar su nombre y recuperar la confianza perdida, Toño se embarca en una misión arriesgada: enfrentarse a quienes verdaderamente cometieron el robo y recuperar el dinero y el coche. Este acto, aunque desesperado, podría ser su única oportunidad de redimirse ante su madre y ante Manuel, quien también atraviesa un momento crítico. Con su proyecto aeronáutico al borde del colapso, Manuel debe recurrir a toda su astucia para mantenerlo a flote, incluso cuando los recursos se agotan.

En el centro de toda esta tensión, Curro y Lope regresan al palacio tras los explosivos eventos en el casino. Las revelaciones obtenidas de Basilio apuntan a una posible conexión entre Cruz y un joyero, vínculo que podría estar relacionado con la misteriosa muerte de Jana. No obstante, la tensión entre los dos jóvenes es palpable: Curro no perdona a Lope por haber puesto en juego la integridad de Ángela como parte de una estrategia de distracción. Aunque sabe que necesita su ayuda para continuar la investigación, su desconfianza y decepción son evidentes.

Lope, por su parte, entiende el dolor de Curro y lo respeta. Reconoce que tal vez hubo otras formas de actuar, y aunque no logra justificar del todo su decisión, sí muestra una sincera culpa por lo sucedido. Ambos intentan mantener el foco en su misión, pero la tensión emocional entre ellos amenaza con desviar su propósito: descubrir la verdad, vengar la muerte de Jana y destapar los secretos más oscuros que esconde Cruz.

Este episodio será recordado por su intensidad emocional, donde el pasado vuelve con fuerza, el remordimiento se instala en los corazones, y la redención parece estar al alcance… pero no sin dolor. Porque en La Promesa, nadie escapa del peso de sus decisiones, y cada silencio, cada palabra y cada gesto tiene consecuencias.