⚠️ SPOILER: ‘La Promesa’, avance del capítulo 597 (lunes, 19 de mayo): ¡Curro tiene los días contados!

El próximo capítulo de La Promesa, que se emitirá el lunes 19 de mayo, traerá una sacudida que podría cambiar para siempre el destino de sus personajes. La inesperada visita de Lisandro de Carvajal y Cifuentes, un duque temido y poderoso, sacude los cimientos del palacio. Su llegada no es casual: trae consigo directrices de la Casa Real y un objetivo silencioso pero letal… Curro.

Mientras la familia Luján se esfuerza por ofrecer una imagen impecable ante el influyente aristócrata, el servicio teme el pasado que Lisandro arrastra. Las viejas heridas y humillaciones resurgen, y el ambiente se vuelve tan tenso que cualquier paso en falso podría ser fatal.

El joven Curro, ajeno al peligro real que lo acecha, continúa su arriesgada investigación sobre la joyería y la muerte de don Pedro. Su obstinación lo lleva, junto a Lope y Ángela, a buscar más pistas en el pueblo, pero el encuentro con Trinidad resulta infructuoso. La dependienta se muestra fría y esquiva, y aunque Ángela logra distraerla momentáneamente, no consiguen nada relevante. Sin embargo, su escapada compromete aún más su seguridad, especialmente con Lisandro en el palacio.

Mientras tanto, en La Promesa, las tensiones aumentan. Don Alonso y doña Leocadia temen que la presencia de Curro sea descubierta por el Duque. Sus órdenes pasadas sobre el joven fueron claras: debía desaparecer. La posibilidad de que Lisandro lo vea representa una amenaza directa para todos los Luján.

Pero el destino se burla de las precauciones. En un giro devastador, Curro, cumpliendo labores de servicio, se cruza cara a cara con Lisandro. El reconocimiento es inmediato. El Duque lo observa con una mezcla de sorpresa, frialdad y amenaza. Curro intenta pasar desapercibido, pero es inútil. El hombre más temido de la corte ahora sabe que su orden fue desobedecida.

Mientras tanto, otros miembros del palacio también enfrentan sus propias batallas: Manuel rechaza someterse al poder del Duque; Catalina se niega a ocultar su matrimonio y sus hijos, desafiando abiertamente a su padre; y Eugenia, harta del control de Lorenzo, comienza a tomar decisiones que podrían alterar el equilibrio familiar. Su deseo de visitar a su hermana Cruz en prisión la impulsa a enfrentarse a las restricciones impuestas por los suyos.

En el salón, tras el incómodo silencio que siguió al cruce entre Curro y Lisandro, Martina intenta restar importancia a la presencia del joven. Pero el Duque no se deja engañar. Su tono se vuelve amenazante, sus palabras llenas de veneno implícito. Reconoce a Curro. Y lo deja claro. Las promesas que se rompieron, las órdenes desobedecidas… todo está sobre la mesa.

Curro queda paralizado. Sabe que el juego ha terminado. El refugio que encontró en La Promesa ahora se ha convertido en una trampa. Cada mirada, cada palabra no dicha, cada gesto del Duque anuncia que su permanencia en el palacio pende de un hilo… uno que Lisandro puede cortar en cualquier momento.

El lunes, el reloj corre en contra del joven. ¿Será este su último día en La Promesa? ¿O aún hay alguien dispuesto a arriesgarlo todo por salvarlo? Lo que es seguro es que el equilibrio se ha roto y las consecuencias están por llegar.