⚠️ SPOILER – LA PROMESA
El duque de Carvajal y Cifuentes revela su verdadera identidad y castiga a los villanos
En los próximos episodios de La Promesa, la llegada inesperada del duque de Carvajal y Cifuentes cambiará radicalmente el rumbo de los acontecimientos en la mansión. Su presencia desatará una cadena de conflictos, verdades ocultas y venganzas largamente esperadas. Aunque el marqués Alonso intenta por todos los medios ocultar los secretos más delicados de su familia —como el origen ilegítimo de Curro o el hecho de que Catalina ha tenido gemelos sin casarse—, nada podrá prepararlo para lo que realmente busca el duque.
La visita no es protocolaria ni cortesana. El duque llega para ajustar cuentas con dos figuras clave del palacio: Leocadia y Lorenzo, a quienes culpa de una traición imperdonable cometida contra su familia años atrás. Su plan está meticulosamente orquestado: infiltrarse con cortesía, recopilar pruebas y, cuando llegue el momento adecuado, exponerlo todo públicamente.
Mientras tanto, Alonso entra en pánico. Ordena a Curro que oculte su condición de sirviente y se vista como noble, intentando sostener una mentira que amenaza con derrumbarse en cualquier momento. A Catalina le exige esconder a sus hijos para evitar el escándalo. Pero Catalina, harta de las imposiciones y del peso del apellido, se niega a seguir fingiendo. Declara con firmeza que no ocultará a sus hijos, que ya ha pagado suficiente por seguir las normas de una sociedad que desprecia lo real en nombre del honor.
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En otra ala de la casa, Leocadia y Lorenzo celebran en secreto la llegada del duque, creyendo que podrán usarla en contra de Alonso. Pero ignoran que ellos son el verdadero blanco. El duque no ha olvidado lo que Leocadia hizo a su hermana Sarita: robarle el marido, el dinero, la vida, y dejarla exiliada y humillada. Su venganza personal acaba de comenzar.
Poco a poco, el duque interroga discretamente a criados como Petra, recopila documentos incriminatorios y entrega pruebas de fraude y corrupción a las autoridades. Todo está listo para el golpe final.
Durante una cena solemne, con todos los nobles presentes, el duque rompe el silencio: revela su verdadera identidad como el hermano de Sarita y acusa directamente a Leocadia y Lorenzo de haber destruido su vida. Exhibe pruebas irrefutables de desvío de fondos, fraudes y manipulaciones, y ordena la inmediata detención de ambos. Lorenzo es llevado a prisión; Leocadia queda expuesta y derrotada.
Curro, testigo del caos, presencia la caída de los responsables de tantos sufrimientos. El duque lo mira con compasión: “No tienes culpa, pero tienes derecho a conocer la verdad y el deber de no repetirla”.
Así, en medio de una noche que debía ser de celebración, la verdad estalla con fuerza, dejando a los culpables sin escapatoria, y a los inocentes, con la amarga tarea de reconstruir lo que quedó. El orgullo de Alonso, la ambición de Leocadia y las mentiras de Lorenzo encuentran por fin su castigo. Porque en La Promesa, el pasado siempre vuelve… y esta vez lo ha hecho con nombre, rostro y justicia.