Avance semanal de ‘La Promesa’ del 19 al 23 de mayo: ¡El palacio tiembla con la visita del duque! – YouTube
Esta semana en La Promesa, la tensión y la preocupación llegan a niveles extremos con la inesperada llegada del Duque Lisandro de Carvajal y Cifuentes al palacio. Su presencia sacude por completo el equilibrio de todos los que viven en la mansión. Lisandro no es un simple visitante; es el hombre de máxima confianza del rey y el inflexible ejecutor del protocolo real. Su llegada supone un peligro para todos, pues cualquier error podría tener consecuencias devastadoras. El verdadero riesgo de su visita, sin embargo, no es tan obvio. Lisandro no debe descubrir ciertos secretos del palacio, como la presencia de Curro, la existencia de los gemelos y, lo más importante, la identidad de su padre. Si alguna de estas verdades saliera a la luz, podría destruir la honra y seguridad de la familia Luján.
La llegada de Lisandro genera una ola de pánico, no solo en Alonso, sino también en los demás miembros de la familia y los empleados. Lisandro se fija en los más mínimos detalles, lo que pone a todos en alerta. Simona y Candela toman precauciones en la cocina, mientras que Catalina y Adriano están más cautelosos que nunca, con el temor de que su matrimonio sea descubierto. Lope y Curro, por su parte, siguen investigando las misteriosas conexiones con el pasado de Cruz, y deciden regresar a la joyería para obtener más respuestas sobre la muerte de Jana. Aunque en su visita anterior lograron descubrir algo inquietante, necesitan saber más. Curro, preocupado por la seguridad de Angela, le ordena quedarse en el palacio y no involucrarse en este peligroso asunto. Pero Angela, desesperada por la falta de confianza y movida por su amor por Curro, decide seguirlo en secreto.
Cuando Angela se presenta como la prometida de Curro en la joyería, él se queda completamente sorprendido. Aunque no lo esperaba, decide no decir nada, ya que esta inesperada declaración podría ser útil para obtener la confianza del joyero y descubrir más información. Mientras tanto, Eugenia, plagada de culpa, decide actuar para intentar ver a Cruz nuevamente. Después de varios intentos fallidos de obtener el apoyo de Leocadia y Lorenzo, decide acudir directamente a Alonso. Su encuentro con él es tenso y lleno de emociones, pues Eugenia le pide que perdone a Cruz, argumentando que lo sucedido en el pasado ya fue suficiente castigo. Pero Alonso, con firmeza, le responde que no puede aceptar tal petición, ya que los errores de Cruz siguen afectando a la familia y el palacio.
A la par de estos eventos, Ricardo logra que Rómulo le cuente sobre su relación pasada con Emilia. A pesar de la frialdad de Rómulo, Ricardo comienza a entender mejor su comportamiento y las razones detrás de sus decisiones. Rómulo, a pesar de su lealtad a la familia y los deberes impuestos por La Promesa, no ha olvidado su amor por Emilia. Sin embargo, la vida los separó, y ahora, al compartir este doloroso recuerdo, Ricardo comienza a comprender la complejidad de su relación con él. Esta revelación marca un cambio en la percepción que tiene Ricardo sobre Rómulo, quien, a pesar de su aparente frialdad, esconde un corazón roto.
Por otro lado, Eugenia, después de años de sufrimiento y humillaciones, toma una decisión audaz y se traslada al cuarto de Lorenzo, marcando el inicio de un enfrentamiento largamente postergado. Mientras ella se instala con determinación, Lorenzo, aunque sorprendido, se prepara para lo que viene, sin ceder ante su exigencia. Con la llegada de Lisandro, el ambiente en el palacio se vuelve aún más tenso. Lisandro, con su poder y autoridad, pone a todos bajo su mirada crítica. Cada uno de sus gestos es observado con detenimiento, y su presencia es temida por todos. Alonso, Catalina, Martina, Adriano y los demás son conscientes de que una simple palabra de Lisandro podría desestabilizarlo todo. Lisandro no es solo un visitante, es el hombre que puede decidir el destino de la familia Luján.
Con el paso de los días, Lisandro no pierde oportunidad para humillar a los Luján. Sus miradas frías y sus comentarios hirientes crean un ambiente asfixiante en el palacio. Catalina y Adriano, al igual que el resto, temen que su matrimonio sea descubierto. La presencia de Curro ya representa un riesgo, y si se llega a revelar la identidad de los gemelos, todo podría desmoronarse. Además, María Fernández sigue desconfiando de Petra, a pesar de sus esfuerzos por cambiar su actitud. La relación entre María y Samuel también se ve afectada por esta desconfianza, pues Samuel no puede entender por qué María no le da una oportunidad a Petra.
En medio de todo esto, Lope recibe un paquete misterioso de Esmeralda, que contiene un mapa antiguo y un llavero con un nombre desconocido. Aunque el contenido del paquete parece insignificante al principio, ambos, Lope y Curro, sienten que hay algo más detrás de este envío. Deciden no contarle nada a Angela, pero la situación sigue siendo un enigma sin resolver.
Por otro lado, el proyecto de fabricación de motores que Manuel y Toño iniciaron comienza a tomar forma. A pesar de los obstáculos iniciales, la combinación de las habilidades de Manuel y la inteligencia práctica de Toño promete dar frutos. Este proyecto no solo tiene un propósito económico, sino que también se convierte en una fuente de esperanza para restaurar la paz y el equilibrio en el palacio. Mientras tanto, Teresa empieza a ver a Toño con otros ojos, conmovida por sus esfuerzos y el respeto que demuestra hacia su madre, Simona. Sin embargo, Simona sigue siendo cautelosa y desconfiada, pues no sabe si este cambio es genuino o si está a punto de enfrentar una nueva desilusión.
La tensión en el palacio aumenta, y Adriano, al darse cuenta de la gravedad de la situación, decide enfrentarse a Lisandro y hablar abiertamente sobre su pasado y su relación con Catalina. Aunque Lisandro no cambia su opinión sobre él, esta confesión hace que Lisandro lo mire con más cautela. Catalina, por su parte, decide hablar con su padre, Alonso, y le expresa su deseo de dejar el palacio y llevar una vida más tranquila junto a sus hijos. Este pedido conmueve profundamente a Alonso, aunque él aún no sabe que detrás de la visita de Lisandro se oculta un plan mucho mayor que podría cambiar el destino de todos en La Promesa.
