⚠️ SPOILER | “Avance de Una Nueva Vida – Capítulo 90: ¡Seyran pierde a su hija!” – YouTube
La historia de Una Nueva Vida da un giro impactante en el capítulo 90, presentando un episodio cargado de emociones, ternura, tensión y un nuevo capítulo oscuro en la vida de Seiran. Todo comienza con una escena entrañable: Seiran y su hija de cinco años disfrutan de un inocente juego bajo unas sábanas, en ese tipo de escondite que solo el amor maternal puede convertir en un mundo mágico. La niña, con la dulzura propia de su edad, le pregunta a su madre si podría reconocerla solo por su olor si un día se perdiera. Seiran, con una sonrisa, le responde que la reconocería siempre: por su aroma, por su risa, por su esencia. Una escena cálida que rápidamente revela que ha pasado un tiempo desde los eventos anteriores: Ferit y Seiran viven una etapa de estabilidad y amor familiar, entregados a su hija.
Más adelante, vemos a Ferit peinando a su hija con ternura. Pero hay algo en su mirada que inquieta: parece estar preocupado, como si intuyera que algo terrible se aproxima. En escenas posteriores, mientras la niña juega cerca de la piscina, Seiran aparece y la pequeña corre a sus brazos, gritando “¡Mami!”, desbordando felicidad. Por otro lado, Suna también ha formado una familia con su propia hija, y juntos, junto a Abidin y Kasim, comparten un momento entrañable cuando las niñas abrazan a su abuelo en una imagen de unidad familiar que parece perfecta… hasta que la paz se rompe.
Seiran, que ha retomado sus estudios, se gradúa de la Facultad de Bellas Artes en una ceremonia donde Ferit, con orgullo, la presenta ante todos. La niña, emocionada, le dice: “Lo has conseguido maravillosamente, mamá.” La familia celebra con una foto que congela ese instante de felicidad… justo antes de que la tragedia lo arrase todo.
La tensión comienza cuando llega la noticia de que Karan, el peligroso enemigo del pasado, ha salido de prisión bajo arresto domiciliario. La familia entera queda en shock. Ferit, Abidin, incluso Kasim, no pueden creerlo. El mismo Karan, al salir, pronuncia con siniestra ironía: “Denle mis saludos a los Korhan. Los extraño mucho.” Es evidente que no ha olvidado, ni perdonado.
Y el desastre no tarda en llegar. Mientras las niñas juegan cerca de la piscina, un hombre desconocido las observa desde lejos. Poco después, ambas desaparecen. La familia entra en pánico total. Todos suponen que Karan está detrás del secuestro. La desesperación se apodera de Seiran, quien recorre las calles sujetando una pequeña diadema, único vestigio de su hija desaparecida. El rostro de Seiran lo dice todo: miedo, dolor, desesperación. Ferit y los hombres de la familia salen a buscarlas, mientras las mujeres permanecen en casa, orando y esperando noticias. Una escena intensa muestra a una de ellas rogando con voz quebrada: “Dios, que nuestros hijos nos sean devueltos.”
En medio de la tensión, Abidin confronta violentamente a Karan, gritando entre lágrimas que lo matará. Sin embargo, Karan no opone resistencia. Se muestra extraño, sereno, casi como si supiera que no tiene relación con lo ocurrido… o fingiera no tenerla. Esta aparente calma siembra aún más dudas: ¿es realmente inocente?
Incluso Seiran empieza a dudar. Con voz rota, pregunta: “¿A quién más hemos herido? ¿A quién le hicimos daño?” Estas palabras abren la posibilidad de que la familia Korhan tenga más enemigos de los que imaginaban. Entonces, inicia una investigación urgente. Revisan las cámaras de seguridad, y es Suna quien nota algo inusual en una grabación. Mira a Safet, visiblemente perturbada, y lo llama por su nombre. ¿Qué ha visto?
El giro inesperado ocurre cuando Safet es arrestado. Suna, en escenas previas, había forcejeado con él dentro de la mansión, lo que indica que él irrumpió nuevamente. Abidin, lleno de furia, lo golpea y exige saber qué hacía allí. ¿Safet tiene motivos para vengarse? ¿Está involucrado en el secuestro? Las piezas del rompecabezas no encajan del todo, pero la tensión es innegable.
Finalmente, se presenta la escena más desgarradora del avance: Ferit, con las manos manchadas de sangre, aparece tras haber agredido violentamente a alguien. Aparentemente ha logrado descubrir el paradero de su hija. Llama a Seiran, aún agitado: “Duru está en su casa.” Una chispa de esperanza brilla… solo para apagarse enseguida.
Tarik, un enemigo del pasado, reaparece y ataca a Ferit por la espalda con brutalidad. Lo golpea en la cabeza, dejándolo inconsciente. Seiran y Abidin, desde lejos, lo llaman desesperadamente, pero Ferit no responde. La escena se corta en seco con incertidumbre total: ¿Está Ferit gravemente herido? ¿Podrán rescatar a las niñas a tiempo? ¿Quién está realmente detrás del secuestro?
El episodio deja al público con el corazón encogido, lleno de preguntas sin respuesta y emociones al límite. Lo que comenzó como una imagen de felicidad, se transforma en una pesadilla para Seiran y su familia. El peligro está más cerca de lo que imaginaban, y el verdadero enemigo podría no ser quien todos pensaban.
Con este avance, queda claro que el capítulo 90 marcará un antes y un después en la serie. La estabilidad y la esperanza que habían alcanzado están en juego, y el pasado, como siempre, regresa para cobrar sus deudas.