🎬 MARTA AND FINA – Sueños de Libertad 319 (Marta teme que Arturo use a la madre de Pelayo🔥) – YouTube

📺 Spoiler narrativo:

En el capítulo 319 de Sueños de Libertad, una conversación aparentemente tranquila entre Marta y Pelayo destapa una inquietud que podría convertirse en un nuevo foco de conflicto: el temor de Marta de que Arturo esté manipulando a la madre de Pelayo con fines económicos. Lo que comienza como una espera casual para recibirla, termina convirtiéndose en una charla incómoda, reveladora y llena de incertidumbre.

La escena arranca con Marta y Pelayo aguardando la llegada de doña Clara, pero él, lejos de mostrarse entusiasmado, confiesa con cierta incomodidad que preferiría no tener que verla. Marta, sorprendida por su frialdad, le pregunta si todavía no han logrado limar asperezas. Es entonces cuando Pelayo abre su corazón y le explica que, tras una dura discusión relacionada con Damián —el padre de Marta—, intentó acercarse a su madre para reconciliarse, pero ella sigue mostrándose distante. Orgullosa, rígida… así la describe. Y aunque lamenta que su padre dijera más de lo debido en esa pelea, su mayor deseo ahora es que su madre se recupere pronto de su reciente accidente y regrese a Madrid.

Marta, intentando suavizar el ambiente, cambia de tema y menciona que doña Clara parece tener una relación muy cercana con la familia Montesquinta, especialmente con Arturo. Pelayo asiente, casi sin darle demasiada importancia, y le cuenta que Arturo le ha propuesto asociarse en un proyecto inmobiliario que está comenzando. La propuesta, aparentemente legítima y atractiva, también fue extendida a Elí y Andrés, lo que demuestra que Arturo se está moviendo con ambición y buscando consolidar redes de inversión entre los conocidos.

La sorpresa en el rostro de Marta es evidente. Ella no sabía nada de ese negocio, y el hecho de que Arturo esté involucrando a tantas personas de su entorno levanta una señal de alarma en su interior. Rápidamente, le pregunta a Pelayo si confía realmente en él. Pelayo, sin mostrarse especialmente preocupado, le responde que aunque Arturo es joven, tiene detrás el respaldo de su poderosa familia, lo que le da cierta credibilidad y estabilidad al proyecto.

Pero Marta no está del todo convencida. Hay algo en la situación que no le cuadra, algo que le genera una inquietud difícil de ignorar. Con franqueza, le confiesa a Pelayo que siente que su madre se está dejando influenciar demasiado por Arturo, como si estuviera siendo seducida por una idea que, en el fondo, no le pertenece. Le preocupa que Arturo esté aprovechándose de la confianza que doña Clara le tiene, y peor aún, que esté usando sus relaciones, su dinero o su prestigio para hacer avanzar su propio negocio.

Pelayo, al oír esto, intenta defender a ambos. Le asegura que la familia Montesquinta siempre ha estado cerca de su madre, especialmente desde que quedó viuda, y que Arturo, en particular, ha sido muy respetuoso. Además, minimiza la situación argumentando que su madre probablemente se haya involucrado en el negocio por aburrimiento, por buscar una nueva distracción que la saque de la rutina, no porque esté intentando amasar una fortuna.

Marta no está tan segura. Le parece extraño que doña Clara, una mujer tradicional y reservada, ahora esté interesada en movimientos financieros y negocios de riesgo, justo cuando se está recuperando de una caída y su relación con Pelayo está tan fracturada. Intuye que hay algo más detrás, una motivación oculta o quizá una manipulación sutil por parte de Arturo.

En medio del debate, Pelayo vuelve a defender el carácter fuerte y resiliente de su madre. Le recuerda a Marta que fue ella quien logró mantener viva la empresa familiar después de la muerte de su padre, enfrentándose sola a todos los desafíos que conlleva liderar en tiempos difíciles. No es una mujer ingenua, insiste, y no se dejaría manejar fácilmente. Sin embargo, sus palabras parecen más una forma de convencerse a sí mismo que de tranquilizar a Marta.

Finalmente, Pelayo admite que aunque el negocio inmobiliario podría ser una oportunidad interesante, él prefiere no involucrarse por ahora. Tiene otros planes, otras prioridades: quiere enfocarse en expandir su cadena de hoteles, un proyecto en el que sí cree plenamente y en el que siente que tiene control. No quiere entrar en juegos ajenos ni depender de la sombra de Arturo.

La escena concluye con una atmósfera densa, cargada de silencios y miradas que dicen más que las palabras. Marta sigue intranquila. Su intuición le dice que hay algo oscuro en todo este asunto, y aunque no tiene pruebas, tampoco está dispuesta a ignorar sus presentimientos. Sabe que en Sueños de Libertad, las apariencias engañan, y que los negocios que parecen prometedores a menudo esconden intenciones peligrosas.

El capítulo deja muchas preguntas en el aire:
🔥 ¿Está Arturo realmente interesado en hacer crecer un proyecto… o en ganar poder usando a la familia de Pelayo?
🔥 ¿Será doña Clara una víctima de su propio deseo de sentirse útil nuevamente?
🔥 ¿Podrá Marta intervenir antes de que sea demasiado tarde?

Con este episodio, la serie vuelve a recordarnos que los verdaderos peligros a veces no vienen del enemigo declarado, sino de los aliados aparentemente inofensivos. Y que en los vínculos de poder, afecto y dinero… nadie está completamente a salvo.