🔥 SPOILER – Dejad, ya contesto yo… Puede que sea Andrés
‘Sueños de libertad’, avance del capítulo 328 – 13 de junio
La tensión en la casa se corta con un suspiro. Un teléfono suena de manera urgente, rompiendo el silencio pesado que se había apoderado de la estancia. Todos se miran, expectantes. Andrés parece moverse para contestar, pero Damián, con paso firme y voz decidida, lo detiene:
—Dejad, ya contesto yo… Puede que sea importante.
Descolgando el auricular con una mezcla de preocupación y autoridad, Damián se presenta con su habitual formalidad:
—Damián de la Reina, dígame.
Del otro lado, una voz grave y seca: el sargento de la Guardia Civil. El tono del oficial no da lugar a dudas: hay malas noticias.
—¿Qué pasa con Górriz? —pregunta Damián, conteniendo el aliento.
La respuesta es tan inesperada como desalentadora:
—¿Cómo que ha huido de España?
Una breve pausa. La música de fondo se intensifica. Damián frunce el ceño mientras el sargento continúa explicando lo sucedido: las autoridades portuguesas no han logrado interceptarlo. Todo indica que Górriz logró escapar de forma astuta, posiblemente usando documentación falsa. Pudo haberse embarcado en un mercante rumbo a América, aunque no hay confirmación oficial.
Damián, aunque visiblemente frustrado, mantiene la compostura.
—Ya entiendo… Muchas gracias por informarme, sargento. Adiós.
Cuelga el teléfono en silencio, sabiendo que todos esperan una respuesta. Se gira, y su rostro lo dice todo.
—Ha huido —informa con gravedad—. La Guardia Civil le perdió el rastro en el puerto de Lisboa.
El impacto en la sala es inmediato. La decepción se dibuja en los rostros. Todos sabían que estaban a punto de cerrar un capítulo clave. Górriz era la pieza del rompecabezas que podía relacionar a Jesús con Carpena, y ahora… está fuera del alcance.
—¿Y qué creen que hizo? —pregunta Andrés, esperanzado por un resquicio de esperanza.
—Sospechan que embarcó con una identidad falsa —responde Damián—. Posiblemente hacia América. Pero no pueden asegurarlo.
Una mezcla de indignación y frustración se apodera del ambiente.
—¡Madre mía! —exclama Clara—. Si ya era complicado encontrarlo en España… ahora va a ser como buscar una aguja en un pajar.
Y es que no se trata solo de un fugitivo más: Górriz representa la última conexión directa con la verdad. Su testimonio era clave para esclarecer qué ocurrió realmente con Jesús, y más aún, para desenmascarar definitivamente a Carpena.
Damián, lejos de rendirse, se mantiene firme. Su mirada se endurece y su voz retumba como una promesa.
—Con lo cerca que estábamos de saber la verdad… —murmura—. Pero no voy a permitir que ese malnacido se salga con la suya.
El silencio vuelve a hacerse presente, denso y cargado de rabia contenida. Damián no necesita levantar la voz para hacerse oír. Cada palabra que pronuncia lleva el peso de la justicia que se niega a abandonar.

—De una forma u otra, le haré pagar por lo que hizo. Como me llamo Damián de la Reina.
La determinación en sus palabras no deja lugar a dudas. La fuga de Górriz ha sido un golpe duro, pero no el final. Para Damián, esto es ahora una cruzada personal. Sabe que el sistema puede fallar, que las redes del poder protegen a los culpables… pero él no piensa detenerse. Carpena no escapará.
Desde la sombra, algunas miradas reflejan preocupación. No es la primera vez que Damián habla así, pero esta vez su tono no es solo de justicia… hay algo más. Una sed de venganza que puede llevarle a cruzar límites peligrosos.
La habitación queda en un silencio denso. El ruido del mundo parece haber quedado fuera, como si la casa se hubiese convertido en una cápsula donde solo habita la tensión. Y todos entienden que nada será igual a partir de ahora.
La investigación, ya de por sí difícil, se transforma ahora en una persecución global. Sin pistas concretas, sin certezas. Pero con una sola motivación: encontrar la verdad. Porque detrás de cada mentira hay una herida que no cicatriza, y detrás de cada silencio… una víctima que merece justicia.
Carpena, por su parte, ignora aún que el cerco sobre él sigue en marcha. Tal vez crea que la fuga de Górriz le ha dado la ventaja definitiva. Pero subestima el alcance de la determinación de quienes han perdido demasiado como para rendirse.
En algún lugar del otro lado del océano, un barco navega hacia tierras lejanas. Y quizás en él va un hombre que carga con secretos suficientes como para destruir reputaciones y libertades. O tal vez, solo sea una pista falsa más.
Pero Damián no piensa dejarlo ahí. Porque en su interior ya no solo es un asunto de justicia: es una promesa hecha en silencio a Jesús, a su memoria… y a sí mismo.