⚠️ Spoiler: La oferta de nobleza que Lisandro le presenta a Adriano provoca un estallido silencioso en el palacio

Una inesperada propuesta de Lisandro sacude los cimientos de La Promesa: ofrece a Adriano un título nobiliario. Tanto él como Catalina quedan paralizados ante el honor, pero también ante el peso de semejante responsabilidad. Adriano, un hombre de raíces humildes, duda de su valía; mientras Catalina se debate entre aceptar el cambio o proteger los lazos que han construido. Lo que parece un reconocimiento, podría ser en realidad el inicio de una nueva batalla interna y social.

Leocadia, por su parte, saborea en silencio el éxito de haber alejado a Ángela del palacio, creyendo haber restaurado el orden social al enviarla a Zúrich. Pero Ángela no ha cedido: ha montado una tienda en los jardines, negándose a abandonar La Promesa… y a Curro. Su rebelión silenciosa podría desbaratar todos los planes de su madre, especialmente cuando su salud comienza a deteriorarse, y aún así, se niega a ceder.

Mientras tanto, Rómulo toma una decisión definitiva: retirarse tras años de servicio leal. Lo comparte primero con Emilia, quien, aunque lo comprende, no puede evitar sentir que una era está por terminar. Su despedida, que comienza siendo discreta, pronto se vuelve un rumor que recorre todo el palacio.

Manuel, centrado en su propio destino, acepta una oferta profesional ligada al desarrollo de motores de avión. Ve en ella una posibilidad de libertad personal, aunque el recuerdo de Jana todavía lo persigue. La confesión de que ha visitado su tumba deja entrever que su duelo aún no termina.

En otro frente, María Fernández ya no puede soportar más el silencio del sacerdote respecto a la excomunión de Samuel. Lo enfrenta y le exige la verdad, no solo por él, sino por su propia conciencia. Está lista para cargar con el peso de haber sido quien escribió la carta.

Pía, Curro y Lope descubren cianuro en un objeto perdido. Lo que parecía un robo se convierte en un intento de asesinato. Deciden investigar por su cuenta, regresando a la joyería Llop en busca de respuestas. La verdad ya no es solo importante: es urgente.

Curro, impulsado por una promesa a Jana, decide encontrar y traer a Esmeralda al palacio. Su búsqueda no es solo una cuestión de justicia, sino de redención. Al mismo tiempo, su lealtad hacia Ángela lo pone en conflicto con Leocadia, quien lo amenaza con el despido si sigue ayudándola.

Ángela, cada vez más enferma, resiste en su tienda. Su cuerpo muestra señales de agotamiento, pero su voluntad no flaquea. Solo Martina, fiel a su amistad, la visita en secreto y presencia su deterioro, sintiendo que la dureza de Leocadia ha ido demasiado lejos. La salud de Ángela se convierte en símbolo de una lucha de valores y poder.

Mientras tanto, Leocadia presiona a Samuel para que oculte su excomunión. Él, aunque ha perdido su rol espiritual, se ve atrapado en una red de silencio y chantaje. En paralelo, Manuel y Toño descubren que alguien ha estado husmeando entre sus pertenencias en el hangar. Nada parece haber sido robado, pero todo apunta a una vigilancia encubierta.

Curro, decidido a obtener respuestas, se enfrenta a Esmeralda en el hangar. La presiona para que confiese todo lo que sabe sobre el cianuro. Su rabia es evidente: ya no hay marcha atrás. Finalmente, le revela su verdadera identidad, asumiendo que la verdad puede desencadenar consecuencias peligrosas.

Rómulo, aunque deseaba evitar enfrentamientos, decide comunicar personalmente a Alonso su decisión de irse. La noticia lo deja sin palabras. Para Alonso, perder a Rómulo es perder una parte esencial del alma del palacio.

La salud de Ángela se agrava. Su fiebre sube, la tos se intensifica. Leocadia finalmente acepta visitarla, pero se niega a retroceder. Su postura, más que firmeza, revela una lucha interna entre el poder y la maternidad. En ese momento, Lorenzo interviene. Habla del coraje de Ángela y pone en evidencia la humanidad que Leocadia ha intentado reprimir. Esta intervención marca un cambio sutil pero decisivo.

Buscando controlar la narrativa, Leocadia propone una celebración para honrar a Lisandro, disfrazando de gesto diplomático lo que en realidad es una jugada estratégica. Con este evento, pretende recuperar el equilibrio político dentro del palacio.

La tensión culmina con la decisión de Adriano y Catalina. Para sorpresa de muchos, aceptan el título nobiliario. No es solo una elección de prestigio, sino el inicio de una nueva etapa en la que tendrán que demostrar si pueden sostener el peso de sus nuevas responsabilidades.

Curro y Esmeralda, entre confesiones y verdades, descubren que el dueño real de la joyería Llop podría estar detrás de una conspiración mayor. Lo que parecía un crimen aislado, resulta parte de una red más compleja y peligrosa.

Samuel, mientras tanto, encuentra a Petra y pide su reincorporación al personal. Leocadia, aunque lo considera, sabe que su regreso puede abrir viejas heridas. Petra representa un pasado que muchos preferirían olvidar, pero que podría volver a estallar.

Y cuando todo parece calmarse, una figura misteriosa aparece cerca del hangar donde Manuel y Toño han decidido pasar la noche. Su rostro no se distingue, pero su presencia genera una nueva ola de tensión. ¿Es un enemigo, un testigo… o la clave que falta para revelar todos los secretos?

Porque en La Promesa, nada permanece oculto para siempre. Y cada decisión, cada verdad revelada, tiene el poder de cambiarlo todo.