Spoiler: Domingo prácticamente de verano y aquí estamos para contarte lo que veremos esta semana en La Promesa

Esta semana se avecina una gran cantidad de drama y giros en La Promesa, comenzando con lo que podríamos llamar el “destierro” de Ángela, una joven que protagonizará un conflicto muy intenso y que promete no dejarnos indiferentes. Aquí te contamos todos los detalles para que no te pierdas nada de esta apasionante historia que sigue creciendo con personajes llenos de emociones encontradas, secretos, y planes que pondrán todo patas arriba.

Arrancamos con el desconcierto generado por un obsequio inesperado ofrecido por Lisandro, un gesto que confunde tanto a Adriano como a Catalina. La tensión crece porque ambos no saben muy bien cómo interpretar esta acción; Adriano, que siempre ha sido fiel a sus principios, lo considera inapropiado y su primera reacción es la de rechazar el título de duque que le ofrecen. Este rechazo no solo refleja su ética personal, sino que también establece un fuerte contraste con otros personajes, marcando las distintas maneras en que afrontan sus destinos y responsabilidades.

En paralelo, Emilia recibe con alegría la noticia de que Rómulo ha decidido abandonar La Promesa junto a ella. Pero no todo es sencillo: Rómulo le pide la máxima discreción en esta decisión mientras él mismo empieza a comunicar la noticia solo a las personas más cercanas. Más adelante, Rómulo pide ayuda a Catalina para informar a Alonso, quien rápidamente se entera de la situación. Así, el mayordomo se ve obligado a confirmar oficialmente esta decisión ante el marqués, generando incertidumbre sobre las consecuencias de esta inesperada separación.

Mientras tanto, Leocadia logra finalmente expulsar a Ángela de La Promesa con el objetivo de que retome sus estudios en Zúrich y se aleje de Curro. Sin embargo, no contaba con que Ángela tiene sus propios planes y una fuerte determinación. La joven decide esconderse en los terrenos del palacio, enfrentándose directamente a su madre. Esta rebelión de Ángela pone de manifiesto su lucha por autonomía y un choque generacional con Leocadia, que no está dispuesta a ceder.

Leocadia amenaza a Curro con despedirlo si se atreve a ayudar a Ángela, mientras que la joven resiste a la intemperie, a pesar de estar en un estado de salud frágil. La dureza de la situación subraya la fuerza de Ángela y su tesón para no rendirse. Lorenzo, que intenta mediar en el conflicto, elogia la determinación de Ángela, pero reconoce que no podrá mediar en el problema con Jacobo, ya que Martina encuentra a su prometido cada vez más frustrado por todo el asunto del título y los conflictos familiares.

Regresando a Ángela, su salud se deteriora por el frío y su catarro empeora, haciendo que su situación sea aún más precaria. Sin que ella lo sepa, Lorenzo sugiere a Leocadia que existen métodos más efectivos para controlar la rebeldía de su hija, insinuando que el enfrentamiento y la rigidez podrían no ser la mejor solución. Esto añade una nueva capa de tensión y dramatismo a la historia familiar.

En otro hilo de la trama, Manuel responde por carta a un comprador interesado en adquirir motores, aceptando la oferta. Además, comparte con Simona detalles sobre una visita que hizo a Hann en el cementerio, lo que añade un aura de misterio y tensión alrededor de este personaje. Al mismo tiempo, tanto el señorito como Toño vuelven a notar que alguien ha estado moviendo sus cosas en el hangar, lo que despierta una sensación de inseguridad y peligro inminente.

Días después, deciden pasar la noche en el hangar para vigilar, y allí descubren una figura misteriosa que se desliza en la oscuridad. Este momento de suspense abre la puerta a nuevas incógnitas sobre quién podría estar detrás de estos actos y cuáles son sus intenciones, aumentando la intriga en la trama.

Mientras tanto, Curro, Pía y Lóe elaboran un plan para volver a la joyería con el fin de investigar más a fondo, tras descubrir que la pulsera contenía veneno. Curro se ofrece para vigilar el hangar, pero en realidad su objetivo principal es encontrarse con Esmeralda, la dependienta de la joyería. En esta reunión, Curro acorrala a Esmeralda con la intención de obtener toda la información posible sobre el veneno, aunque ella aprovecha para revelar su identidad, lo que podría ser un error grave por parte de Curro, dado lo delicado de la situación.

Días después, Esmeralda decide contarle a Curro sobre su oscuro pasado relacionado con la joyería, aportando nuevos detalles que complican aún más la investigación. Pero lo que nadie esperaba es que esta pesquisa tomaría un giro inesperado cuando descubren quién es el verdadero propietario de la joyería, un nombre que cambia por completo el rumbo de la historia.

En otro frente, María Fernández presiona al sacerdote para que confiese públicamente todo lo que le ha contado, generando tensión en el ámbito religioso y social. Por su parte, Leocadia exige a Samuel que permanezca en La Promesa y mantenga en secreto su excomunión frente al duque. Sin embargo, Samuel, que ahora se dedica a ayudar con las tareas del palacio, días más tarde le informa a Leocadia que ha encontrado a Petra y le pide que la readmita. Este pedido añade una nueva intriga relacionada con el pasado y la reconciliación.

Así, esta semana en La Promesa nos traerá una mezcla intensa de conflictos familiares, intrigas, revelaciones inesperadas y personajes que luchan por sus deseos y principios. Entre el destierro y la rebelión de Ángela, los secretos de la joyería, las decisiones de los personajes clave y la tensión que se acumula en el palacio, la serie promete mantenernos pegados a la pantalla.

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