🚨 Este episodio empieza cuando Akin y sus hombres se llevan a Seirán… 🚨
⚠️ Spoiler del episodio completo a continuación. ⚠️
Todo comienza con una escena desgarradora: Seirán es secuestrada por Akin y sus hombres justo en la entrada de la mansión, mientras sus gritos de auxilio alertan a Ferit y Abidín, quienes salen corriendo para auxiliarla. Encuentran a uno de los guardias gravemente herido, quien confirma el secuestro. Aunque Ferit corre desesperado tras el vehículo, es imposible alcanzarlo.
Adentro, el caos estalla. Todos reaccionan con alarma. Suna, al enterarse del secuestro, se derrumba. Latif confirma que Seirán fue raptada, y Suna llama a su padre, Cazín, suplicándole que vaya a la mansión. Este no duda y parte con Esme, dispuesto a buscar a su hija a toda costa.
Mientras tanto, en el lugar donde tienen a Seirán, ella enfrenta a Akin, lo insulta y exige su liberación, pero él la ignora. Le confiesa que su odio es por lo que su familia le hizo a él y a su madre. Aunque Seirán intenta resistirse, es amenazada por los guardias y forzada a callar.
En la mansión, la familia se organiza para buscar a Seirán. Ferit, lleno de ira, acusa a todos de ser sospechosos, incluso al entrenador de Suuman. Le quita el teléfono y ordena encerrarla. Orhan intenta detenerlo, pero Ferit no está dispuesto a quedarse quieto.
Cazín y Esme llegan a la mansión, y Suna les cuenta toda la verdad. La teoría de que la familia de Okech está detrás de todo se fortalece. Ferit y Abidín, junto con los guardias, atrapan a Doruk y a Sarter, intentando sacarles información. Mientras Sarter niega saber algo, Ferit cree que miente por su cercanía con Akin.
La historia da un giro tremendo cuando Jatice revela su oscuro pasado: fue ella quien mandó a enterrar viva a Mecide, la madre de Akin, por celos y venganza. Aunque Mecide sobrevivió, las secuelas físicas y emocionales la convirtieron en un ser lleno de odio. Esa fue la raíz de todo este conflicto.
En paralelo, Seirán y su amiga Eyé son llevadas ante Mecide, quien les explica su versión de la tragedia. Les dice que la verdadera culpable es Jatice, y que ahora ellas pagarán las consecuencias. Seirán intenta convencerla de que libere a Eyé, pero Mecide insiste en su justicia personal, donde el sufrimiento es su herramienta de castigo.
Seirán es llevada a una habitación oscura y aterradora, preparada para aislar los gritos. Está llena de pánico y recuerda antiguos traumas, como cuando fue encerrada en su infancia. Ferit y Cazín logran capturar a Sarter y lo presionan para hablar, incluso con métodos violentos. Cazín está dispuesto a todo por recuperar a su hija.

Ferit, frustrado por la falta de resultados, acude a la policía y a los medios, ignorando las advertencias del abuelo Jalis, quien le reprocha exponer a la familia. Ferit lo enfrenta con dureza, culpándolo por permitir que todo esto sucediera al aceptar a Okech en la familia. Jalis reacciona con una bofetada, pero termina admitiendo su dolor.
Mientras tanto, la tensión interna aumenta en la mansión. Kaya descubre a su tía Ifakat en la cama con su cuñado Sekm, confirmando las sospechas de Suna sobre su romance. Se arma un escándalo familiar y Ifakat es finalmente expulsada de la casa, humillada ante todos.
El episodio da un nuevo giro cuando se revela que Gulgun fue chantajeada por Mecide, y que ella fue quien colocó la caja con la cabeza de oveja y la nota de amenaza en la cama de Jalis durante su boda con Jatice. Lo hizo bajo presión, pues Mecide la amenazó con asesinar a Orhan si no cooperaba.
De regreso al escondite, Seirán está herida por quemaduras, producto de los castigos de Mecide. Akin, ya completamente desquiciado, le muestra dos balas y le dice que ambos morirán juntos para acabar con el sufrimiento. Seirán lo rechaza con horror y ruega ser salvada.
Ferit y Abidín logran rastrear información clave en el teléfono de Sarter, que podría conducirlos al paradero de Seirán. La esperanza renace, aunque Ferit ya no confía en nadie y está decidido a seguir la búsqueda por su cuenta si es necesario.
Esme, desesperada como madre, le suplica a Ferit que no se rinda. Ferit le promete que hará lo imposible por encontrar a Seirán, cueste lo que cueste. En una escena emocional, ambos comparten su dolor y determinación.
Finalmente, Seirán es separada de Eyé y llevada a una nueva sala. Su sufrimiento continúa, mientras Mecide planea seguir castigándola, no solo por venganza, sino como una forma de castigar eternamente a Jatice. Seirán grita por ayuda mientras Ferit, con nueva información en mano, se prepara para su rescate final.