En esta vida hay que estar preparado para las críticas, pero sobre todo para los halagos: Buen consejo

La conversación entre Damián y Gabriel se convierte en un momento clave para celebrar un triunfo significativo de Perfumerías de la Reina, resultado directo de la hábil negociación que Gabriel llevó a cabo en el complicado caso del atropello. Más allá de solo festejar un acuerdo, el diálogo explora en profundidad el reconocimiento del talento y la astucia jurídica de Gabriel, evidenciando el respeto que Damián le tiene como profesional y la confianza que deposita en sus capacidades.

Todo comienza cuando Damián confirma que Salcedo, el peatón que sufrió el accidente, ha aceptado reunirse para comer con Gabriel. Este detalle no es menor, ya que muestra una apertura de parte del afectado a entablar un diálogo, una señal positiva en medio de un proceso tenso y conflictivo. Sin perder tiempo, Damián pregunta inmediatamente por el estado físico de Salcedo, preocupado por las consecuencias del impacto y la gravedad de las heridas. Gabriel responde con calma, asegurando que las lesiones no son graves: Salcedo tiene una luxación en el brazo, un tobillo torcido y algunos rasguños superficiales, pero nada que ponga en riesgo su salud a largo plazo.

Sin embargo, lo más relevante llega cuando Gabriel revela el avance que ha conseguido en la negociación. Explica con detalle cómo logró acercar posturas con Salcedo, desglosándole minuciosamente lo que implicaría un juicio largo y complicado si decidiera seguir adelante con sus demandas. Esta explicación parece haber hecho efecto, ya que Salcedo finalmente accedió a aceptar la indemnización inicial ofrecida por la empresa y a conformarse con solo el 15% de la suma extra que originalmente exigía. La decisión representa un alivio considerable para Perfumerías de la Reina, evitando así un litigio costoso y prolongado.

Damián no puede ocultar su asombro ante esta noticia, y sus palabras reflejan un sincero orgullo y satisfacción. “Esto es increíble, hijo. Qué facilidad tienes para manejar estas situaciones,” comenta, reconociendo la destreza con la que Gabriel ha logrado resolver un problema que parecía complicado y delicado. Gabriel, con un aire de modestia, explica que su estrategia fue simple pero efectiva: hizo que Salcedo comprendiera que un juicio contra la empresa no solo sería complicado, sino también tardaría mucho tiempo y podría generar más inconvenientes de los que vale la pena enfrentar. Esa claridad en la explicación, sumada a la honestidad y transparencia, fue clave para que Salcedo cambiara de opinión y accediera a un acuerdo razonable.

Damián, entusiasmado y visiblemente impresionado, no escatima elogios hacia Gabriel. Le expresa que le debe un profundo agradecimiento porque su intervención le ha salvado a la empresa de un problema serio que podría haber afectado su imagen y sus finanzas. Además, reconoce que Gabriel no solo actuó con inteligencia, sino con gran profesionalismo, mostrando una gestión impecable y una capacidad de negociación digna de admirar.

El tono de la conversación cambia entonces, girando hacia el reconocimiento explícito de las cualidades personales y profesionales de Gabriel. Damián le dice que ha demostrado ser un abogado excepcional, alguien capaz de ver más allá de los papeles y las formalidades legales para entender realmente las necesidades de la empresa y de quienes representa. Gabriel, siempre humilde, responde que no está seguro de ser un “gran abogado” en términos absolutos, pero sí sabe cómo proteger y velar por los intereses de las personas a las que defiende. Su mirada se dirige hacia Damián, mostrando respeto y gratitud por el reconocimiento, pero también una modestia natural que evita que se deje llevar por la vanidad.

Damián insiste en destacar que una de las mayores virtudes de Gabriel es su intuición, una habilidad que no todos poseen y que le permite leer con claridad las situaciones y a las personas involucradas. Subraya que esto ha sido evidente en el caso de Salcedo, donde Gabriel supo observar no solo las demandas económicas, sino también las emociones, las motivaciones y las posibles debilidades del peatón, lo que le dio ventaja para negociar con éxito. Esta capacidad para captar detalles y entender a fondo a la contraparte es lo que distingue a un buen abogado de uno excepcional, y Damián no duda en señalar que Gabriel pertenece a esta última categoría.

Gabriel, sin embargo, se siente un poco incómodo ante tantos halagos. Su humildad lo lleva a bajar la mirada y a comentar, con un toque de ironía, que los elogios a veces lo incomodan. Recuerda una enseñanza valiosa de su abuelo, una frase que siempre ha llevado consigo: “En esta vida hay que estar preparado tanto para las críticas como para los halagos.” Esa reflexión le sirve para mantener los pies en la tierra y no dejarse afectar ni por las alabanzas excesivas ni por las críticas injustas. Para él, lo importante es seguir trabajando con honestidad y dedicación, sin buscar reconocimiento sino cumpliendo con su responsabilidad.

Para cerrar esta etapa, Damián le entrega a Gabriel el acuerdo formal que deben presentar a don Pedro para su firma, un documento que simboliza el fin de un capítulo complicado para la empresa. Gracias a la intervención efectiva y oportuna de Gabriel, la crisis ha sido resuelta, y Perfumerías de la Reina puede respirar con tranquilidad sabiendo que evitó un conflicto legal que podría haber tenido consecuencias negativas muy importantes.

Este episodio no solo destaca la importancia de la capacidad de negociación y la visión estratégica en el mundo laboral, sino también la necesidad de valorar el talento y la intuición, atributos que a menudo marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso en situaciones complejas. La charla entre Damián y Gabriel se convierte, así, en un reconocimiento sincero y merecido, pero también en una lección sobre la humildad, la preparación para enfrentar tanto los elogios como las críticas, y el compromiso con la verdad y la justicia.