Claro, aquí tienes una paráfrasis en forma de spoiler del contenido, titulada como pediste:
¿Cristóbal Ballesteros, aliado o espía?
🔔 Spoiler del capítulo 626 de La Promesa
Con la partida de Rómulo, Leocadia mueve una nueva ficha en su juego: propone a Cristóbal Ballesteros como posible nuevo mayordomo. Su aparición, envuelta en misterio, desata tensiones dentro y fuera del palacio. ¿Es un simple sustituto o un infiltrado con su propia agenda?
Mientras tanto, Leocadia intensifica su campaña contra Adriano, sembrando la desconfianza en el marqués Alonso, retratando al conde como inmaduro y manipulable. Aunque Alonso duda, la semilla ha sido plantada. La lucha por el control del condado de Añil toma un giro más directo: Leocadia ha decidido prescindir de intermediarios y enfrentarse ella misma a su enemigo político.
En otro rincón del palacio, Lope se prepara para una misión peligrosa: infiltrarse en la residencia de los duques de Carril para recuperar algo que Vera necesita desesperadamente. Curro intenta detenerlo, apelando a su amistad y sensatez, pero Lope se encuentra atrapado entre la promesa hecha y el miedo a fallar.
La tensión también se siente entre la servidumbre por la inminente boda de Rómulo y Emilia. Petra impone una cruel restricción: prohíbe al personal asistir a la iglesia donde se celebrará el enlace. Esta orden divide al grupo y despierta una lucha interna entre obedecer o rebelarse por amor y lealtad.
Manuel, herido en su orgullo tras la humillación sufrida en la fiesta, rechaza cualquier contacto con la aristocracia que lo trató como un objeto. Una carta de la hija de la duquesa de Cerezuelos solo intensifica su repudio. Desecha la invitación con desprecio, decidido a mantenerse lejos del círculo hipócrita de la nobleza.
En paralelo, Ángela se ve forzada por Lorenzo a reconectar con un joven noble al que empujó por una escalera durante una misión encubierta. El muchacho ha escrito buscando explicaciones, y Lorenzo lo ve como una oportunidad para controlar la narrativa. Ángela, aterrada, se da cuenta de que ya no actúa por sí misma: es parte de un engranaje que no puede detener.
Samuel intenta recuperar el vínculo perdido con Petra, pero recibe un rechazo gélido. María Fernández, más perspicaz, le advierte que Petra no está simplemente molesta, sino acumulando rencor. Algo se está gestando, y cuando explote, afectará a todos.
Finalmente, Leocadia no pierde tiempo y se aproxima a Catalina, intentando quebrar su confianza en Adriano. Disfrazando su veneno con halagos, empieza a socavar el vínculo entre los esposos. La guerra en La Promesa ya no es solo de clases o poder, es una batalla emocional, estratégica y cada vez más peligrosa.
El capítulo termina con múltiples frentes abiertos y una sensación ominosa de que lo peor aún está por llegar. ¿Será Cristóbal el caballo de Troya que desestabilice todo el sistema? ¿O es solo otro peón en una partida de ajedrez donde nadie conoce las verdaderas reglas?