⚠️ SPOILER – «No tengo otra opción, ¿verdad? No, pero todo sería más fácil» en La Promesa
En el próximo capítulo, Manuel recibe una carta inesperada de Cruz en prisión que cambiará su mundo por completo. Confundido y sin saber qué creer, decide verla en persona para exigirle una explicación. Al verla entre rejas, confronta a su madre: ¿lo que decía en la carta se ajusta a la verdad? Cruz, entre sollozos, jura que está siendo sincera por primera vez y promete contar todo lo ocurrido.
Decidido a exponer la verdad, Manuel irrumpe en una cena real para hacer una revelación destrozadora: revelará lo que Cruz le confió, algo que dejará a todos en el palacio indignados.
Desde entonces, el episodio nos muestra cómo Manuel deambula por los pasillos del palacio, con la carta arrugada entre los dedos, incapaz de dejar de releerla. Pasan las noches sin descanso hasta que, en la quinta madrugada, se mira al espejo y decide actuar. Se reúne con su hermano Curro, quien ha leído la misiva y admite que ya confía en lo que dice Cruz. Juntos ponen en marcha una investigación.
Curro le revela a Manuel que han descubierto indicios claros de manipulación en el caso de Hann: sustancias adulteradas y falsificación de documentos médicos que llevaron a su muerte. Afirma que eso, no el disparo, fue lo que realmente lo mató. Ahora quieren que Manuel confronte a Cruz en prisión y obtenga la pieza final de la verdad que solo ella puede revelar.
Esa misma mañana, Manuel monta en su caballo y parte rumbo a la cárcel. Los guardias se niegan inicialmente a dejarlo pasar, pero él insiste con firmeza y consigue entrar. En una escena intensa, corre por los pasillos carcelarios hasta que, tras los barrotes, encuentra a Cruz. Ella, al verle, se estremece por primera vez junto a él, mientras él reprime su emoción.
Manuel le exige todos los detalles: ¿quién ordenó alterar los frascos y causar la muerte de Hann? Cruz, con voz entrecortada, confiesa: Lorenzo, Leocadia y Jacobo fueron los responsables. Le entrega un dossier con pruebas contundentes: cartas, órdenes y códigos. Un arsenal capaz de derribar a quienes les arrebataron a su gente.
La escena termina con Manuel saliendo de la prisión, con el corazón agitado, protegido por la verdad que ahora lo impulsa hacia lo que podría ser la lucha definitiva por justicia.