⚠️ Spoiler: Pelayo le propone a Marta formar una familia… incluyendo a Fina
En esta escena intensa y profundamente emocional, Marta y Pelayo mantienen una conversación incómoda pero sincera, marcada por viejas tensiones y nuevas propuestas. Marta llega algo tarde y se disculpa, pero Pelayo le resta importancia y le ofrece algo de beber, que ella rechaza de inmediato, recordándole que tiene poco tiempo y que no entiende por qué la ha citado.
Pelayo le explica que quería disculparse por lo ocurrido esa misma mañana. Reconoce que ha estado presionándola demasiado sin considerar todas las implicaciones. Sin embargo, Marta detecta enseguida la contradicción: dice que no quiere presionarla, pero la vuelve a convocar para hablar exactamente del mismo tema. Aun así, decide quedarse y escuchar, aunque le insiste en que debe volver pronto al trabajo.
Pelayo retoma su deseo de tener un hijo con ella, aunque ahora intenta expresarlo con más cuidado. Admite que la primera vez no se explicó bien y que, si tuvieran un hijo, su familia no sería convencional. Lo inesperado llega cuando Pelayo menciona a Fina, diciendo que no la había tenido en cuenta al principio, pero que ahora cree que ella también podría ser parte de la vida del niño. No como una simple tía, sino como una segunda madre, tal y como lo fue Digna para Marta.
Marta se queda perpleja. Le dice que hablar con él de maternidad es como jugar a la lotería, nunca sabe con qué va a salir. No rechaza la idea, pero tampoco la acepta; solo le dice que necesita tiempo para procesarla. Pelayo, cada vez más honesto, le dice que es consciente del amor entre ella y Fina, y que entiende que su propuesta puede generar conflictos. Pero le pide que se imagine criando a un hijo entre los tres: una familia distinta, pero llena de cariño.
Abrumada, Marta se levanta y le deja claro que no puede darle una respuesta inmediata a algo tan inesperado. Antes de marcharse, Pelayo le pregunta si se lo contará a Fina. Marta responde que no ha dicho nada todavía, que ni siquiera sabe si su propuesta tiene sentido, y se va dejando la conversación en suspenso, cargada de emociones, dudas y posibilidades abiertas.
Una escena que redefine las formas de amar y de construir familia, en un contexto donde lo tradicional choca con los deseos más profundos de sus protagonistas.