⚠️ Spoiler: “El regreso inesperado de Hann y la boda interrumpida”
En el próximo capítulo de La Promesa, se avecina una ceremonia que promete ser inolvidable. Justo cuando el reloj del salón marca el mediodía, comienza la boda entre Rómulo y Emilia, organizada personalmente por Alonso como muestra de gratitud al fiel mayordomo. Sin embargo, lo que parecía un momento de celebración se transformará en un terremoto emocional.
Mientras los invitados —entre ellos María Fernández, Vera y Curro— toman sus lugares en el elegante vestíbulo decorado con velas y flores, la tensión se siente en el aire. Petra, aunque a regañadientes, coordina los detalles. Alonso observa desde su asiento junto a Manuel y Curro, confiado en que todo saldrá bien.
Pero en los pasillos menos transitados del palacio, una conspiración silenciosa se desarrolla. Leocadia y Lorenzo, indignados por lo que consideran una afrenta a la nobleza, planean arruinar la boda. Leocadia, fría y calculadora, decide que la forma más efectiva de sabotear el evento es asegurarse de que Emilia jamás llegue al altar. Para ello, recurre a Petra, quien acepta el encargo de encerrar a la novia en su habitación, tentada por el deseo de mantener el orden jerárquico de la casa.
Mientras los músicos comienzan a interpretar la marcha nupcial y Rómulo espera con nerviosismo a su prometida, Manuel, sumido en sus pensamientos, se muestra alterado. Confiesa a Rómulo que el recuerdo de Hann aún lo persigue, que todo lo que vive le recuerda a ella. Rómulo lo consuela, recordándole que vivir también es una forma de honrar a quienes se han ido.
En ese mismo instante, Petra cumple su parte del plan: engaña a Emilia para que abra la puerta de su habitación, y la encierra sin que nadie lo note. La joven novia, atrapada, golpea la puerta y grita, pero sus ruegos no serán escuchados… por ahora.
Conforme pasan los minutos, la inquietud crece entre los asistentes. Alonso ordena a Curro que averigüe qué ocurre. El joven corre escaleras arriba, descubre que la puerta está cerrada y escucha la voz de Emilia pidiendo ayuda. Pero antes de que pueda hacer algo, una figura inesperada aparece en el pasillo: Hann, viva, serena y elegante. A su lado, Emilia, ya liberada gracias a una llave que Hann le ha entregado.
El regreso de Hann conmociona a todos. Cuando ambas bajan juntas hacia el altar, los invitados apenas pueden contener el asombro. Vera y María Fernández intercambian miradas sorprendidas, mientras Rómulo, abrumado, apenas puede contener las lágrimas. Alonso se pone de pie y Manuel queda paralizado. Leocadia, desde el fondo, palidece al ver lo imposible volverse realidad.
Hann toma la palabra y aclara que no ha venido a opacar el momento, sino a restablecer la verdad. Revela ante todos que fingió su muerte para protegerse y reunir pruebas. Acusa directamente a Leocadia de haber intentado matarla, con la complicidad de Lorenzo y Petra. Justo en ese momento, el sargento Burdina entra con guardias y anuncia el arresto de los tres. El caos estalla. Petra intenta huir, Leocadia se derrumba y Lorenzo queda paralizado. Nadie puede creer lo que está ocurriendo.
Hann se acerca a Manuel, le pide perdón por el silencio y la ausencia. Él, sin palabras, solo puede asentir, con los ojos llenos de lágrimas. La verdad por fin ha salido a la luz, y nada volverá a ser igual en La Promesa.