🟣 Spoiler: Mire, ese beso sucedió sin pensarlo y no volverá a ocurrir
Gabriel y su tío Damián mantienen una conversación cargada de tensión tras un acontecimiento inesperado: un beso entre Gabriel y Cristina. Gabriel intenta restarle importancia desde el inicio. Le explica a Damián que el beso no fue planeado, que simplemente ocurrió porque ambos lo quisieron en ese instante. Asegura que ya lo hablaron y que los dos están de acuerdo en que no volverá a suceder, especialmente porque Cristina se casará dentro de un par de meses. Para él, el asunto está cerrado.
Pero Damián no lo ve tan simple. Muy serio, le recuerda que, aunque haya sido consensuado, el beso fue completamente inapropiado, sobre todo porque Cristina está comprometida. Le reprocha a Gabriel la falta de juicio, señalando que siendo mayor que ella, debería haber sido más sensato. Gabriel, aunque visiblemente molesto, mantiene la calma y responde que se trata de un tema estrictamente privado entre él y Cristina, que no concierne a nadie más, ni siquiera a su tío.
Sin embargo, Damián no se echa atrás. Le dice que el asunto va más allá de lo personal: la colonia pertenece a la empresa y él no está dispuesto a tolerar ningún escándalo que pueda comprometer la imagen de la compañía. Gabriel se sorprende ante esa postura, considerándola una exageración. Pero Damián insiste: en los últimos meses, la empresa ha tenido varios problemas, y si la reputación de una empleada como Cristina se ve afectada, las consecuencias pueden ser graves para todos.
Gabriel responde con firmeza. Afirma que no ha hecho nada con la intención de dañar a Cristina y que no le parece justo recibir una reprimenda como si fuera un crío. Asegura que siente respeto por ella y que su futuro jamás estuvo en riesgo por su parte. Esa respuesta calma ligeramente a Damián, que se muestra más receptivo. En ese momento, Gabriel menciona algo que lo molestó: la actitud de Irene. Considera que fue irrespetuosa con él. Damián minimiza la situación, explicando que Irene le tiene mucho aprecio a Cristina y que actuó movida por la protección, no por mala intención.
Gabriel decide no insistir, solo por respeto a su tío. Se despide con tranquilidad diciendo que tiene que atender asuntos pendientes en el almacén y se marcha, cerrando así una conversación que dejó más tensiones que soluciones.