Spoiler: Damián traza su venganza para recuperar el control de Perfumerías de la Reina
En un capítulo cargado de tensión y revelaciones, se nos muestra la conversación estratégica entre Damián y Gabriel, que se convierte en la piedra angular del plan de Damián para recuperar el mando perdido de Perfumerías de la Reina. La clave del movimiento reside en impedir que María vote a favor de Pedro y Losmerino, debilitando así la red de apoyos que sostiene al enemigo.
La escena arranca con un gesto de agradecimiento por parte de Damián hacia Gabriel, por su constante lealtad hacia la familia. Gabriel, visiblemente incómodo, aprovecha para disculparse por haberse involucrado en el conflicto con Cristina Ricarte. Pero Damián, con un tono conciliador, le asegura que aquello ya no tiene importancia. Sin embargo, no tarda en girar la conversación hacia un asunto más espinoso: la oscura enemistad entre él y don Pedro.
Intrigado, Gabriel escucha con atención cuando Damián le pide total sinceridad, queriendo saber la verdadera raíz de ese odio tan profundo que existe entre ambos. Gabriel recuerda que en algún momento, Damián le dijo que él y Pedro fueron amigos, por lo que desea saber qué causó tal ruptura.
Entonces, Damián se sumerge en un relato doloroso. Explica que Mateo, el único hijo de Pedro, abandonó su vocación sacerdotal para trabajar en la fábrica. Pero su destino fue trágico: murió en un accidente automovilístico. Aunque el hecho fue un accidente sin culpables claros, Pedro necesitaba señalar a alguien. Y así, Andrés —quien entonces era el responsable del área de logística— fue convertido en chivo expiatorio. Desde aquel momento, Pedro desató una campaña de intrigas y rencores contra Andrés y contra el propio Damián, con el fin de arrebatarles todo lo que tenían. Para Damián, se trata de una vendetta irracional, injusta y profundamente hiriente.

Sin embargo, Damián ya no está dispuesto a seguir viendo cómo su mundo se desmorona por culpa de Pedro. Es el momento de actuar. Su objetivo inmediato es recuperar el control de Perfumerías de la Reina, que lleva su nombre y representa su legado. Para ello, es fundamental debilitar la influencia de Pedro. Y el primer paso en su plan es bloquear el voto de María, quien puede inclinar la balanza en favor de Losmerino.
Gabriel entiende claramente la estrategia: ir uno por uno, cortando los apoyos que sostienen a Pedro. Aunque reconocen que no podrán convencer a todos, Damián insiste en que con los votos suficientes podrían inclinar la mayoría a su favor, recuperando así el mando perdido.
La conversación finaliza con un cierre contundente. Damián recalca que todo este plan no podría llevarse a cabo sin la ayuda de Gabriel, lo cual reafirma su importancia como aliado. Gabriel, con firmeza y sin titubear, le responde con una lealtad inquebrantable: “Para eso estamos, tía”.
Este intercambio subraya no solo la determinación de Damián por corregir lo que considera una gran injusticia, sino también la crudeza de su sed de venganza. Aunque el plan tiene tintes estratégicos y racionales, está profundamente teñido de resentimiento emocional. Gabriel, por su parte, se posiciona como una pieza esencial en este tablero de poder, mostrando que, detrás de las palabras amables, hay una guerra silenciosa que está a punto de estallar.
A medida que avanza la trama, esta alianza entre Damián y Gabriel promete cambiar las reglas del juego. La tensión se acumula mientras el destino de Perfumerías de la Reina pende de un hilo, dependiendo de votos, lealtades y viejas heridas que aún sangran.