Spoiler: “Una propuesta difícil de aceptar”

En el próximo capítulo de Sueños de Libertad, la tensión emocional alcanza un nuevo nivel en una conversación íntima entre Pelayo y Fina, donde se enfrentan sentimientos, decisiones personales y una propuesta que podría redefinir por completo su futuro.

La escena comienza con Pelayo visitando a Fina, claramente con un propósito que ella intuye desde el primer momento. Él confirma que ha estado hablando con Marta durante el desayuno acerca del delicado tema de la maternidad. Fina, algo a la defensiva, ya se imagina hacia dónde va la conversación y no tarda en interrogarlo: ¿estás aquí para presionarme?

Pelayo lo niega. Aclara que no viene a imponer nada, sino a conversar, a intentar aclarar los sentimientos y los planes de todos. Porque, según él, que Marta se convierta en madre no es una cuestión que solo le incumba a ella, sino algo que también debe involucrar a Fina. Ella, con escepticismo, le responde que todo en esta relación de tres personas ya es lo bastante inusual. Pero Pelayo le recuerda que fue ella misma quien impulsó la boda con Marta, buscando una solución práctica a sus vidas. Fina, con sinceridad, admite que sí, lo recuerda: fue en la casa de los montes, una decisión motivada por el deseo de asegurar estabilidad. Pero ahora, esto es diferente.

Para Fina, la propuesta de tener un hijo no se basa en el amor o en la necesidad mutua, sino más bien en una estrategia de Pelayo para avanzar en su carrera política. No entiende por qué Marta debe involucrarse en algo tan íntimo por razones que parecen ajenas a lo emocional.

Entonces Pelayo suelta una revelación clave: don Pedro ha vuelto a sospechar. Esta vez no de Marta ni de Fina, sino de él. Explica que, tras ser visto hablando con Cobeaga, don Pedro ha comenzado a atar cabos, aunque no tiene pruebas. Esa sombra de sospecha vuelve a cernirse sobre ellos, y Pelayo afirma que este posible embarazo sería la pieza final para disolver cualquier duda y blindar su posición política y social.

Fina, algo abrumada por esta nueva presión, se pregunta por qué no se lo habían contado antes. Pelayo le responde con franqueza: no querían causar otra crisis emocional, especialmente después del duro episodio que atravesó semanas atrás. El bienestar de Fina siempre ha sido una preocupación, aunque a veces no se lo hayan expresado con claridad.

En medio de la conversación, surge también una imagen esperanzadora. Pelayo habla de mudarse todos a la casa de los montes una vez nazca el bebé. Un lugar donde podrán construir una familia lejos de las miradas, de los rumores, y donde Marta y Fina podrían criar juntas a su hijo en intimidad, como siempre desearon en secreto. Él, por su parte, estará absorbido por sus nuevas responsabilidades políticas y apenas tendrá tiempo, lo que dejaría a las dos mujeres con el espacio necesario para ser las verdaderas madres del niño.

Fina se muestra confundida. No es una decisión fácil. Las emociones se entrelazan con los temores. Ella sabe muy bien cuáles son sus circunstancias: su fragilidad emocional, la historia compleja que la une a Marta y la sensación de que, con cada paso, este “trato” que alguna vez aceptó se vuelve más difícil de manejar.

Pero Pelayo insiste, sin forzarla. Le recuerda que esta posibilidad, criar un hijo juntas, es algo impensable para gente como ellos, dadas las restricciones sociales y los tabúes. Es una oportunidad única, incluso revolucionaria para su contexto.

Al final, Fina le pide tiempo para pensar. Necesita meditarlo, comprender si es lo correcto para ella, para Marta, para todos. Pelayo, en un gesto de empatía, le asegura que la esperará, que no la apurará, pero deja claro que espera que su respuesta sea afirmativa.

Este diálogo abre un nuevo capítulo en la compleja red emocional de la serie. Lo que comenzó como una estrategia para sobrevivir en un mundo lleno de reglas y apariencias, ahora se convierte en una posibilidad genuina de familia… o en una nueva fuente de conflicto. La decisión de Fina no solo afectará su relación con Marta, sino también el equilibrio político de Pelayo y la estabilidad emocional de los tres.

¿Aceptará Fina formar parte de este plan? ¿O sus miedos y dudas acabarán alejándola aún más? El futuro de esta familia poco convencional está en juego, y los próximos episodios prometen emociones intensas y decisiones que marcarán un antes y un después en Sueños de Libertad.