Spoiler: Un robo inesperado y una herida que duele más allá de lo físico
Todo comienza cuando una de las trabajadoras regresa para recoger las llaves del coche y se topa con una escena insólita: un hombre merodeando dentro del armario como si estuviera buscando algo. Al intentar pedir ayuda, el intruso la empuja con fuerza, provocando su caída. Aunque no logra verle bien el rostro, el pánico y la confusión dejan claro que no era alguien con buenas intenciones. Apenas logra recomponerse cuando ve al sujeto salir huyendo. Inmediatamente, se confirma la sospecha: ha entrado a robar.
La víctima, con una herida evidente, es atendida por la doctora, quien se ve obligada a coser la herida sin anestesia, convencida de que la paciente puede soportarlo. La tensión crece con el remordimiento de quienes creen que debieron acompañarla, aunque todos coinciden en que fue una desgraciada coincidencia.
Aunque la joven no puede describir completamente al agresor, cree que si volviera a verlo, sería capaz de reconocerlo. Esa pequeña esperanza se vuelve crucial para presentar la denuncia. La doctora insiste en que deben actuar cuanto antes, que es mejor no postergar la declaración ni el inventario de lo robado.
Sin embargo, la urgencia se enfrenta con los compromisos laborales. Uno de los responsables menciona que no puede ausentarse por una importante reunión con un proveedor. Como alternativa, se propone que Marta acompañe a la víctima a poner la denuncia, mientras el otro se queda haciendo el recuento de lo sustraído.
Mientras la doctora se prepara para coser la herida, intenta distraer a la paciente pidiéndole que hable de algo que le guste. La joven, con una mezcla de dolor y nervios, intenta evocar imágenes de pájaros, quizás buscando refugio mental en algo más amable mientras su cuerpo sigue temblando por el susto.
La escena deja al descubierto no solo la vulnerabilidad que sienten dentro del propio entorno de trabajo, sino también el desconcierto que genera una situación tan violenta e inesperada. Más allá del golpe físico, queda la sensación de inseguridad y el desafío de afrontar el miedo con determinación.