Spoiler: El Duque de Carril se enfrenta a Lorenzo y Enora planta cara a Leocadia

El último capítulo de La Promesa nos dejó completamente descolocados con una escena inesperada en el palacio de los Duques de Carril. Todo parecía tranquilo hasta que se anuncia una visita… nada menos que la del capitán Lorenzo de la Mata. El duque, que ya mostraba poco entusiasmo, pide con urgencia que llamen a López, convencido de que su habilidad como conversador podrá suavizar la situación con tan indeseado invitado. Lo curioso es que el duque parece haberle tomado cariño a López, creyéndose por completo su papel de sirviente, cuando en realidad es mucho más que eso.

La aparición de Lorenzo deja claro que las tensiones están a punto de estallar. Lo irónico del caso es que ni el duque ni su secretario Jacinto sienten simpatía por él. Y si el duque supiera que Lorenzo chantajeó a su esposa… no quedaría ni rastro del capitán. Esta atmósfera cargada de sospechas y antipatía abre la posibilidad de que el duque de Carril se convierta en el antagonista ideal para poner a Lorenzo en su sitio. Porque si hay alguien capaz de hacerlo pagar por sus excesos, es este noble frío y calculador.

Pero los enfrentamientos no se limitan al palacio de los duques. En la empresa familiar, Enora y Leocadia protagonizan otro duelo verbal que merece un aplauso. Leocadia, con su habitual tono altivo, cuestiona la presencia de Enora en la empresa, insinuando que su cercanía con Manuel y Toño no es del todo decorosa. Sin embargo, Enora, lejos de amedrentarse, le contesta con valentía, dejándole claro que no es parte de la familia del marqués y que, por tanto, no tiene autoridad moral sobre ella. Es un momento de reivindicación que muestra a una Enora firme, decidida y completamente inmune a los aires de superioridad de Leocadia.

Esta discusión encendida no solo nos ofrece una dosis de justicia simbólica, sino que también activa a Manuel. Al ver cómo Enora es atacada, decide intervenir y anuncia que ya va siendo hora de hablar seriamente con Leocadia y dejarle las cosas claras. Aunque no parece que esto lo vaya a conducir directamente a la investigación sobre la muerte de Jana, sí supone un punto de inflexión en su relación con la poderosa accionista.

Por otro lado, tenemos otra joya del episodio: la entrada en escena del nuevo mayordomo, Cristóbal Ballestero. Profesional, riguroso y con una actitud casi de auditor, Ballestero empieza a preguntar por el funcionamiento de la casa. Petra, creyéndose la gran organizadora del servicio, intenta impresionar al nuevo mayordomo, pero le sale el tiro por la culata. Su insistencia en que las doncellas solo trabajan bajo su estricta vigilancia provoca una respuesta contundente por parte de Ballestero, quien decide supervisarla de cerca. Un merecido revés para Petra, que lleva tiempo creyéndose intocable.

La gracia de este capítulo es que por fin vemos cómo los personajes más manipuladores y tóxicos —Lorenzo, Leocadia y Petra— empiezan a recibir su merecido. Todo apunta a que las cosas en La Promesa están empezando a cambiar de dirección, y los espectadores lo agradecen.

Además, en un detalle más íntimo pero muy significativo, Manuel les pide a Toño y Enora que le hablen de tú, una decisión pequeña pero cargada de simbolismo. En una serie de época, donde los títulos y formalidades son tan importantes, este gesto representa un cambio de dinámica y una muestra de cercanía y respeto mutuo.

En los márgenes de esta trama, el conflicto entre Hernando y su hijo Leonardo sigue escalando peligrosamente. Hernando ha jurado venganza tras un violento altercado, y ahora amenaza con hacerle pagar a su hijo con creces. El clima de tensión es tal que no sabemos cuándo caerá la tormenta, pero sabemos que será implacable.

En resumen, este capítulo ha sido una montaña rusa emocional: desde la visita inesperada del capitán a los duques de Carril, hasta el enfrentamiento verbal entre Enora y Leocadia, pasando por la supervisión humillante de Petra por parte de Ballestero. Todo esto nos indica que los roles de poder están cambiando y que los que hasta ahora mandaban sin oposición, empiezan a ser cuestionados. La Promesa vuelve a demostrar por qué mantiene enganchados a tantos fans: personajes carismáticos, giros inesperados y conflictos que no dejan a nadie indiferente.