⚠️ SPOILER – “La Promesa”: La Postiza mueve los hilos y el servicio estalla bajo un nuevo régimen
Muy buenas tardes, promesters. Lo que parecía una semana más en La Promesa ha dado un vuelco helador. El regreso de Lope al palacio de los Luján coincide con el auge de una nueva era sombría: ha llegado Cristóbal Ballesteros, un mayordomo frío, calculador y sin rastro de empatía, pero lo más inquietante es que él no está solo. Su presencia marca el inicio de una reorganización silenciosa… y letal.
Desde la marcha de don Rómulo, algo intangible ha cambiado en los pasillos del servicio. Ya no es solo el olor de los guisos de Candela y Simona o el trajín cotidiano: se percibe una tensión invisible, una fuerza que actúa desde las sombras. Y todo apunta a una única persona: Leocadia, alias la postiza, quien ha dejado de ser una figura secundaria para consolidarse como la verdadera titiritera del palacio.
Uno de los primeros damnificados es Ricardo Pellicer. Tras toda una vida dedicada al servicio y al cuidado de su problemático hijo Santos, el veterano criado es degradado. De mayordomo respetado a simple ayudante de cámara. Un gesto que no solo duele por el cargo, sino por lo que implica: ha sido apartado estratégicamente por no encajar en los planes oscuros de Leocadia. Ella necesitaba un peón que obedeciera sin cuestionar, y ese rol lo ocupa ahora Ballesteros.
Pero no termina ahí: Petra, acostumbrada a imponer su voluntad en el servicio, se topa de frente con la fría autoridad de Cristóbal. Ya no puede moverse sin su supervisión, y lo que antes era presión ejercida por ella sobre los demás, ahora la siente en su propia nuca. Aunque intenta rebelarse y soltará más de un comentario venenoso durante la semana, está claro que su poder se desmorona.
El nuevo mayordomo no ha llegado por casualidad. Es una ficha cuidadosamente colocada por Leocadia, quien mueve los hilos como una auténtica titiritera. Lo confirmó la propia Ángela en una conversación con Curro: “Mi madre mueve más hilos que un titiritero”. Y así es. Leocadia no solo ha sustituido a Rómulo con un hombre de confianza, sino que ya ha comenzado a marcar a Lope como objetivo.
Lope, que regresará al palacio tras una misión que lo dejó agotado, no tendrá descanso. Ricardo, influenciado por el nuevo clima de desconfianza, estará encima de él con un control estricto. Y aunque Lope ha demostrado su valor y su talento en las cocinas, su regreso no será bien recibido. En los pocos capítulos que veremos esta semana, seremos testigos del trato frío y casi hostil que sufrirá por parte de Ballesteros.
Todo esto confirma lo que Ricardo ya advirtió hace poco: “Un nuevo poder se ha instaurado en La Promesa”. Pero ese poder no se llama Cristóbal Ballesteros. Ese poder tiene nombre y apodo: Leocadia, la postiza. La misma que está llevando a cabo su plan de venganza sin titubeos, sin frenos, y con un control absoluto sobre el funcionamiento interno del palacio.
Y atención, porque en medio de todo esto se avecina uno de los momentos más esperados: la gran discusión entre Leocadia y Lorenzo de la Mata. Un choque de villanos que promete tensión y probablemente alguna escena que nos arranque una sonrisa. Será un pulso entre dos egos que no están dispuestos a ceder terreno, pero con un trasfondo más oscuro de lo que parece.
Así, antiguos líderes del servicio como Petra y Ricardo se ven ahora sometidos al yugo de un nuevo orden. La gran incógnita es: ¿acatarán? ¿Se rebelarán? ¿O serán devorados por la maquinaria que Leocadia ha activado? Lo cierto es que, aunque esta semana solo tendremos tres episodios, el ambiente está más cargado que nunca.
Y antes de despedirme, comparto con ustedes un momento muy especial. Ayer estuve en el WiZink Center de Madrid (corrección: Movistar Arena no existe en Madrid) para asistir al concierto de Jennifer López, y solo puedo decir que fue un espectáculo apoteósico. Dos horas de pura energía, voz en directo, coreografías sin pausa y una entrega total. Con 54 años, la diva sigue demostrando que es una artista 360: canta, baila, emociona y arrasa. Desde que la descubrí allá por 1999, no ha hecho más que crecer, y verla en directo ha sido un regalo inolvidable que quería compartir con todos ustedes. Porque sí, ¡ya estoy oficialmente de vacaciones hasta septiembre!
Nos vemos mañana en el canal con más avances, giros, traiciones y quizás… alguna redención. Soy tu Gustav, y como siempre, te dejo un beso apretado.