Spoiler: De parte de Brosar, todo está a punto de estallar en La Promesa

Nadie podría haber imaginado la profundidad del abismo que esconde Pelayo tras su mirada atormentada. Bajo esa fachada noble, se escondía un deseo terrible, monstruoso… Y ha decidido revelarlo, arrastrado por su propio tormento. Con voz quebrada, confiesa a Catalina algo que destruye por completo la conexión que aún los unía: deseó que ella perdiera al bebé. No porque no quisiera a Catalina, sino porque no podía aceptar a un hijo que no sentía como suyo. Su revelación cae como una bomba sobre el corazón de Catalina, destrozando su confianza y dejándola sin aliento. Su rostro lo dice todo: incredulidad, dolor y un alma hecha pedazos.

Pero eso no es todo. Alguien más estaba presente. Sin ser visto, desde las sombras, alguien escuchó cada palabra. Aún no sabemos quién, pero lo que oyó puede cambiarlo todo: una confesión privada puede convertirse en un escándalo público que haga temblar los cimientos de La Promesa.

Mientras tanto, Teresa vive su propio infierno. Sabe que Ricardo está a punto de encontrarse con Rómulo, y el temor de que revele su secreto la está consumiendo. María Fernández, siempre sensata, le sugiere una solución radical: que sea ella misma quien le cuente la verdad a Rómulo. Solo así conservará su confianza y no quedará a merced de lo que Ricardo pueda decir. Pero Teresa está paralizada por el miedo. Ricardo podría dejar todo en el aire con una insinuación o arrasarlo todo con una confesión total. Y entonces ya sería tarde. La angustia crece a cada minuto.

Por su parte, Jana vive otro conflicto. Los marqueses le han ofrecido convertirse en una dama y vivir en la parte noble del palacio, como una de los suyos. Para Cruz y Alonso es el plan perfecto. Para Jana, en cambio, es una cárcel con paredes de terciopelo. Manuel, cegado por su amor, insiste en convencerla sin ver lo que le está causando. Jana siente que pierde su voz, que se apaga su esencia, y empieza a cuestionar incluso su relación con Manuel. No quiere ser una espectadora, sino una compañera con decisión. Esa falta de empatía de Manuel la hiere profundamente, y entre ellos crece la distancia. Cruz, desde las sombras, lo observa todo con satisfacción: su plan está funcionando, está logrando destruir esa relación sin ensuciarse las manos.

Manuel, por su parte, ya ha caído en la trampa de sus padres. Cree que está haciendo lo mejor para Jana, sin darse cuenta de que la está manipulando, empujándola hacia una vida que no quiere. Y mientras Jana se ahoga en un entorno que quiere convertirla en algo que no es, Cruz y Alonso se frotan las manos. Si logran transformar a Jana en una dama, podrán dominarla por completo. Pero Jana no se rinde. Es fuego, es fuerza, y está dispuesta a luchar.

Y cuando pensábamos que no podía haber más sorpresas, entra en escena Martina. Ha oído con sus propios oídos la terrible confesión de Pelayo. Sabe que deseó la pérdida del bebé. Esa verdad la deja helada. Catalina, al darse cuenta de que Martina ha escuchado, intenta negarlo todo. Pero ya es tarde. La verdad, por muy terrible que sea, siempre sale a la luz.

Ahora todo depende de Martina. ¿Guardará el secreto por Catalina o lo revelará y mostrará al mundo la oscuridad de Pelayo? Y Catalina… ¿cómo enfrentará las consecuencias de una verdad tan dolorosa?

Todo está a punto de estallar en La Promesa. El drama apenas comienza. Nada volverá a ser como antes.