Spoiler: Gabriel intenta ganarse a Julia para acercarse a Begoña – Sueños de Libertad
En el capítulo más reciente de Sueños de Libertad, Gabriel toma una decisión clave en su estrategia para acercarse a Begoña: intenta conectar con la persona más importante en su vida, su hija Julia. Siguiendo el consejo de alguien que conoce bien la dinámica entre madre e hija, Gabriel comprende que si quiere ganarse el corazón de Begoña, primero debe ganarse el de Julia.
La escena comienza en casa, en un ambiente tranquilo. Julia acaba de llegar del colegio, pero en lugar de descansar o ponerse a jugar, ya está enfrascada en una tarea. Gabriel la observa y se sorprende: “¿Ya estás haciendo los deberes? ¡Si ni siquiera hemos comido!”. Julia le aclara que no son deberes normales, sino un trabajo de geografía que debe entregar dentro de dos días. Confiesa que se siente bloqueada y teme no terminarlo a tiempo.
Intrigado, Gabriel le pregunta si el trabajo es muy difícil. Julia responde que no tanto, pero que el problema es la falta de información. El encargo consiste en investigar sobre un parque nacional de España, incluyendo detalles sobre su clima, vegetación y fauna. Lo que la frustra es no encontrar todo lo necesario en los libros que tiene a mano, y menciona que tendrá que ir a la biblioteca por la tarde.
Es entonces cuando Gabriel, aprovechando la oportunidad, le ofrece su ayuda. Julia, algo sorprendida, duda de que él pueda serle útil en un tema como ese. Pero Gabriel, con una sonrisa, le asegura que sí: “Conozco uno de los parques nacionales más bonitos de España”, le dice, despertando su curiosidad. Se refiere a La Caldera de Taburiente, situada en la isla de La Palma.
Julia nunca había oído hablar de ese lugar, así que Gabriel empieza a explicarle que se llama así porque tiene forma de caldera. Ella, entusiasmada, pregunta si también hay agua caliente allí, como en las calderas de verdad. Gabriel se ríe y le dice que, en cierto modo, podría ser así, ya que el parque está ubicado dentro del cráter de un antiguo volcán.
La conversación entre ambos fluye de manera natural y cómplice. Gabriel aprovecha para contarle una anécdota que, según él, ocurrió durante una visita a ese parque. Le dice que una vez se les hizo de noche mientras exploraban la zona y tuvieron que resguardarse bajo una roca. Durante la madrugada, escucharon un rugido muy fuerte que, según el guía, era el magma bajo la tierra. Julia lo escucha atenta, pero sospecha: “Eso te lo acabas de inventar”.
Gabriel no puede evitar reírse. “Me has pillado”, admite. Julia le sugiere que habría sido más creíble si hubiera dicho que era un oso, a lo que él responde con humor que allí no hay osos, solo conejos… y un insecto peligroso llamado escolopendra. Julia, intrigada, le pregunta cómo es ese animal, y Gabriel, con aire juguetón, le pide un lápiz para hacerle un dibujo.
El resultado del dibujo, sin embargo, causa más risas que asombro. Lo que Gabriel presenta como una escolopendra termina pareciendo más bien una salchicha con patas. Julia no puede evitar burlarse: “Eso parece una salchicha, no un insecto”. Gabriel se ríe consigo mismo y admite que su especialidad son las leyes, no el dibujo.
Justo en medio de esta escena de complicidad y risas entra Begoña, la madre de Julia. Sorprendida por lo temprano que ha llegado a casa, Julia corre a saludarla con entusiasmo. Begoña le explica que salió antes del dispensario porque había poco trabajo. Al ver la escena entre su hija y Gabriel, no puede evitar preguntar qué es lo que les causa tanta risa.
Julia, muy animada, le cuenta que Gabriel la está ayudando con su trabajo de geografía. Begoña, algo incrédula, comenta que no sabía que la geografía podía ser tan graciosa, a lo que Julia responde de forma encantadora: “Depende de cómo la estudies… o con quién”.
Julia le explica a su madre que ha decidido hacer el trabajo sobre La Caldera de Taburiente, gracias a todo lo que Gabriel le ha contado. “¿Sabías que tiene forma de caldera y que hay un montón de conejos y ciempiés?”, dice con entusiasmo, mostrándole incluso el dibujo que Gabriel le hizo de la escolopendra. Aunque reconoce que el dibujo es muy feo, la escena transmite alegría y conexión genuina.
Begoña observa la escena con una mezcla de sorpresa y emoción. A través de este gesto, Gabriel ha conseguido algo importante: crear un vínculo con Julia que va más allá de lo superficial. Se ha ganado su simpatía, ha despertado su curiosidad y ha logrado que se divierta mientras aprende. Pero sobre todo, ha conseguido que Begoña lo vea bajo una nueva luz.
Este momento aparentemente simple se convierte en una escena clave dentro del desarrollo de la trama. Por un lado, muestra la ternura y la inteligencia emocional de Gabriel al acercarse a Julia con empatía y humor. Por otro, marca un punto de inflexión en la percepción de Begoña, que empieza a ver en él no solo a un amigo o a un colega, sino a alguien que podría tener un lugar especial en su vida.
¿Será este el inicio de una relación más estrecha entre Gabriel y Begoña? ¿Qué pensará Julia al ver a su madre cada vez más cercana a Gabriel? Y lo más importante: ¿cómo reaccionará el entorno cuando empiecen a notarse estos cambios?
Este capítulo deja claro que, en Sueños de Libertad, los vínculos humanos se construyen con pequeños gestos, conversaciones sinceras y, a veces, incluso con un dibujo torpe de un ciempiés.