Sueños de libertad: el dolor oculto de Don Pedro y el cerco sobre Gabriel

En el nuevo episodio de Sueños de libertad, las tensiones se intensifican cuando Don Pedro, que ha estado ocultando un fuerte dolor abdominal durante varios días, ya no puede seguir fingiendo. El malestar, que se agrava con el paso del tiempo, lo obliga finalmente a acudir al dispensario, donde Luz lo recibe con amabilidad, aunque su instinto profesional le indica que algo no anda bien.

A pesar de su actitud aparentemente tranquila, Don Pedro intenta mantener la fachada de que todo está en orden. Se justifica diciendo que quiere dar el ejemplo a sus trabajadores con un chequeo rutinario. Luz inicia con preguntas básicas sobre su salud: cómo duerme, su apetito y digestión. Pero las respuestas de Don Pedro, aunque rápidas y confiadas, son claramente evasivas. Luz, al notar las incongruencias, decide no prolongar el interrogatorio y lo invita a tumbarse para hacer una revisión más profunda.

Al palpar el abdomen, Don Pedro no puede evitar mostrar signos evidentes de dolor. Confiesa que siente punzadas agudas que se extienden hasta su espalda y que incluso le dificultan caminar. Ante la insistencia de Luz, acaba admitiendo que lleva un tiempo sin digerir bien los alimentos y que incluso ha vomitado. El gesto preocupado de Luz lo dice todo: es evidente que algo serio afecta a su sistema digestivo, y no se puede determinar sin pruebas médicas más exhaustivas.

Cuando Luz le sugiere ir al hospital para realizar estudios específicos, Don Pedro se muestra reacio. Intenta minimizar el asunto y pide simplemente que le receten algo para aliviar el dolor. Pero Luz, con firmeza, le aclara que no puede recetarle nada sin tener un diagnóstico certero, y que sería una irresponsabilidad de su parte medicarlo sin saber la raíz del problema. Ofrece incluso acompañarlo al hospital, asegurando que Begoña puede cubrirla en el dispensario. Aun así, Don Pedro se ofende y se marcha. Sin embargo, un nuevo ataque de dolor lo detiene justo en la puerta: su rostro se descompone, pierde el equilibrio y Luz corre a sostenerlo. Finalmente, comprendiendo que su salud está en juego, acepta recibir la atención médica que necesita.

Mientras tanto, en otro punto de la trama, Andrés regresa a casa. Allí lo espera Gabriel, quien con voz amable pero firme, intenta establecer una conversación. Le expresa su preocupación por la posible tensión que pueda haber generado su cercanía con Begoña y le asegura que su intención no es crear conflictos dentro de la familia. Andrés lo escucha con atención, pero no disimula su desconfianza. Le lanza una pregunta directa: ¿realmente le importa tanto esta familia como para haberse integrado tan fácilmente?

Gabriel, intentando mantener la cordialidad, responde que solo está siendo agradecido por el trato recibido. Pero Andrés lleva la conversación a un terreno más serio. Le habla del problema con Kobeaga, el proveedor que había amenazado con presentar una demanda por el supuesto robo de la fórmula del perfume. Gabriel asiente, suponiendo que la denuncia ya ha sido puesta en marcha. Sin embargo, Andrés lo corrige con cierto aire de triunfo: Marta ha hablado con él y ha logrado calmarlo, algo que Gabriel no consiguió.

Gabriel reconoce la eficacia de Marta y acepta que ella manejó mejor la situación. Pero Andrés no se detiene allí. Le revela que, tras esa conversación con Kobeaga, han llegado a una conclusión alarmante: el espionaje industrial no ocurrió fuera de la empresa, sino dentro. La muestra del perfume nunca salió de la caja fuerte, lo que significa que alguien de la propia fábrica podría estar detrás del robo.

Gabriel intenta restarle importancia a la acusación, señalando que esa es solo la versión de Kobeaga. Pero Andrés insiste: esa versión es convincente y, aunque no tengan pruebas concluyentes, van a iniciar una investigación interna seria. Con una mirada penetrante, afirma que van a encontrar al culpable, y que ese traidor podría estar más cerca de lo que imaginan. Gabriel, sintiendo que el cerco se estrecha, oculta su tensión y responde que está dispuesto a colaborar en lo que haga falta.

Sin embargo, una sombra se cierne sobre él. Cuando Andrés se marcha, Gabriel queda solo, visiblemente perturbado. Sus ojos se pierden en el vacío, como si un secreto muy bien guardado estuviera a punto de ser descubierto. La sospecha de Andrés es cada vez más firme, y el control que Gabriel creía tener sobre la situación empieza a resquebrajarse.

En este episodio, se cruzan dos tramas cargadas de tensión: por un lado, la lucha silenciosa de Don Pedro contra un dolor que podría tener graves consecuencias médicas, y por otro, el inicio de una caza dentro de la fábrica para encontrar al responsable de una traición que podría afectar a todos. La enfermedad que esconde Don Pedro y la verdad que Gabriel teme que salga a la luz colocan a ambos personajes en el centro de un drama que está lejos de resolverse.

Déjanos en los comentarios tus teorías sobre lo que está por venir. Gracias por acompañarnos en este avance exclusivo de Sueños de libertad. Muy pronto, más revelaciones, giros inesperados y emociones intensas. ¡Hasta el próximo episodio!