Spoiler: Ángela y Curro descubren un oscuro entramado de corrupción en el ejército y se enfrentan a una decisión crucial
En un nuevo episodio lleno de tensión, secretos y decisiones delicadas, Ángela y Curro se ven envueltos en una investigación inesperada que podría poner sus vidas en peligro. Todo comienza cuando Ángela intenta leer un documento que a simple vista parece un contrato más, pero rápidamente se da cuenta de que algo no cuadra. El lenguaje es denso, enrevesado y repleto de cláusulas escritas con tal complejidad que ni siquiera los lectores más atentos podrían comprender su verdadero propósito sin un análisis detallado.
Curro, visiblemente frustrado por no entender el texto, comenta que el documento parece escrito en clave. Ángela, con su experiencia, le explica que los abogados suelen emplear un lenguaje tan técnico y específico que solo ellos pueden interpretarlo. Cada palabra tiene un peso legal, y alterar una sola puede cambiar el sentido completo de una ley o contrato. Esta explicación sirve para justificar por qué los textos legales suelen ser tan inaccesibles para el público general: su precisión es tal que incluso un mínimo error puede tener consecuencias graves.
A medida que avanzan en la lectura, Ángela descubre que el documento en cuestión no es un contrato cualquiera, sino uno que vincula directamente al capitán De La Mata con actividades irregulares. Aunque en apariencia actúa como intermediario del ejército español, las cláusulas revelan que está utilizando su posición para beneficiarse económicamente mediante la compra y venta de armas. Lo más alarmante es que está cobrando comisiones desorbitadas de manera encubierta, aprovechándose de su cargo sin que sus superiores estén al tanto.
Curro se queda estupefacto ante la magnitud de lo que están descubriendo. Ángela, por su parte, confirma que el documento está diseñado para pasar desapercibido, salvo para ojos muy entrenados, como los suyos. De inmediato surge la pregunta más difícil: ¿qué hacer con esta información? Ella propone alertar a los superiores del capitán, pero Curro se muestra reticente, consciente de los riesgos que implicaría enfrentarse a alguien con tanto poder e influencia.
Ángela insiste en que deben actuar. Ella, que durante mucho tiempo manejó la correspondencia del ejército, sabe exactamente a quién deben acudir: el coronel Fuentes. Este alto mando, según ella, está convencido de que el capitán De La Mata es un funcionario íntegro, y desconoce por completo los negocios turbios que lleva a cabo a sus espaldas. La idea de enfrentarlo con la verdad es tentadora, y Ángela asegura que nada la haría más feliz que ver la cara del coronel cuando descubra el engaño del capitán.
Sin embargo, Curro teme que el coronel no haga nada. Recuerda que el capitán ya ha salido impune de escándalos anteriores. Incluso llegó a utilizar “La Promesa” como tapadera para una operación de tráfico de armas, y no se tomaron represalias. Esta mención abre una vieja herida, un recuerdo amargo de cómo la corrupción ha logrado camuflarse en el pasado sin consecuencias.
A pesar de ello, Ángela no está dispuesta a rendirse. Está convencida de que esta vez puede marcar la diferencia. Argumenta que si presentan las pruebas de forma oficial, a los superiores no les quedará más remedio que tomar cartas en el asunto. Curro sigue sin estar convencido, preocupado por la seguridad de ambos. Denunciar a un oficial con poder dentro del ejército no es una decisión menor. Las represalias podrían ser inminentes, tanto profesionales como personales.
Ante la encrucijada, Ángela le plantea una pregunta crucial: ¿están juntos en esto o no? ¿Puede contar con él para dar el paso necesario y enfrentar al sistema? Curro, conmovido, confiesa que su resistencia no se debe a falta de coraje, sino al miedo de que ella salga lastimada en el proceso. No quiere que Ángela se exponga a un peligro innecesario.
Entonces, surge una nueva estrategia. En lugar de actuar impulsivamente, Curro propone reflexionar detenidamente antes de tomar cualquier decisión definitiva. Considera que es mejor analizar todos los escenarios posibles antes de actuar, porque cualquier error podría costarles caro. A modo de precaución, le pide a Ángela que devuelva el documento al lugar donde lo encontró, para evitar que el capitán descubra su ausencia y se alerte antes de tiempo.
La escena concluye con una atmósfera cargada de tensión. La música de fondo acentúa la gravedad del momento. Ambos saben que lo que han descubierto no solo implica corrupción, sino una traición al ejército, a los principios que supuestamente representan. Y también saben que actuar podría cambiar el rumbo de sus vidas para siempre.
Este episodio no solo profundiza en la relación entre Ángela y Curro, mostrando su confianza mutua y sus diferentes formas de enfrentar la adversidad, sino que también plantea una crítica directa a la corrupción institucionalizada. La historia avanza hacia un punto de no retorno, en el que la valentía, la ética y el amor por la justicia serán puestos a prueba.