🔍 Spoiler: Avance del capítulo 367 de Sueños de Libertad

En el episodio 367 de Sueños de Libertad, las tensiones escalan en todos los frentes. La historia arranca en la cantina, donde Cristina está por marcharse, pero Gabriel la intercepta. Con la excusa de esperar a Remedios, le pide hablar. Cristina, en guardia, accede brevemente. Gabriel lanza una acusación velada: cree que Cristina le ha contado algo a Andrés sobre los problemas en la fábrica, lo que ha provocado que Andrés lo mire con desconfianza. Cristina lo niega rotundamente y le deja claro que no le debe ninguna explicación.

Cuando intenta marcharse, Gabriel insiste. Dice que Andrés siempre ha tenido algo en su contra desde que llegó, y sugiere que Cristina lo está utilizando como chivo expiatorio de un error que, según él, es suyo. Cristina lo rebate con firmeza, alegando que su único error fue confiar en él. La discusión sube de tono cuando Gabriel insinúa que Cristina pudo haber aprovechado el parón de la producción por la falta de lirio para beneficiarse con su nueva creación de perfume, justo cuando se planteaba darle beneficios económicos. Cristina le recuerda que renunció a esos beneficios y niega todo. La conversación termina con un cruce de acusaciones mutuas, en las que ambos dejan en claro que no confían el uno en el otro. En ese momento llega Remedios, lo que da pie a que Cristina se retire. Gabriel, con intenciones ocultas, aprovecha para deslizar una llave del laboratorio en el bolsillo de Remedios sin que ella lo note.

Mientras tanto, en casa de los Carpena, Irene encuentra a su hermano Don Pedro con mejor semblante, aunque claramente debilitado. Conversan sobre la controversia en la fábrica respecto a los beneficios para los creadores de perfumes. Irene le menciona que Damián quiere hablar con él sobre el tema, y Don Pedro, con cierta suspicacia, cuestiona la cercanía entre Irene y Damián. La conversación se transforma rápidamente en un cruce emocional. Pedro teme que Damián esté manipulando a Irene y también ve con malos ojos su interés renovado por Digna. Irene, dolida, le pide que la deje decidir su vida, incluso si eso implica cometer errores. Pedro, sobreprotector, le advierte que si se rompe el corazón, quizá esta vez no pueda estar para consolarla.

A solas, Don Pedro vuelve a ser alcanzado por un fuerte dolor que lo deja retorciéndose, lo que deja ver que su estado de salud sigue empeorando.

En la fábrica, la tensión se traslada a una junta de emergencia donde Andrés convoca a todos para aclarar los recientes incidentes. Gabriel llega a la reunión con una actitud desafiante. Se muestra sorprendido de ver a toda la directiva reunida y acusa a Andrés de organizar una “encerrona” en su contra. Tasio y Luis intentan calmar el ambiente, pero el foco está claramente sobre Gabriel, quien niega haber tenido acceso al laboratorio sin compañía o haber saboteado la producción.

Andrés lo acusa directamente de haber hecho una copia de la llave y de estar vinculado con Brosat, la empresa rival. Gabriel lo niega todo y dice que Cristina ya asumió un error, lo que a su juicio debería zanjar el tema. Pero Andrés va más allá: saca el pasaporte de Gabriel y lo lanza sobre la mesa, demostrando que él estuvo recientemente en Francia, lo cual contradice su versión. Gabriel, aunque sorprendido de que hayan revisado sus pertenencias, intenta justificar su viaje como parte de un negocio con una naviera de Tenerife. No obstante, la atmósfera es tensa y las dudas sobre su lealtad crecen.

Tras la reunión, Tasio lo confronta para obtener más detalles. Gabriel evita responder con claridad y se escuda en la idea de que todo es personal por parte de Andrés. Insinúa que Andrés está emocionalmente inestable y que sus acusaciones son producto de una obsesión. Sin embargo, Tasio le recuerda que hay un saboteador suelto y que deben encontrarlo antes de que vuelva a actuar. Gabriel insiste en que lo están investigando a él injustamente y que deben ampliar la búsqueda, pues hay otros con más acceso al laboratorio que él.

Este episodio está cargado de tensión, sospechas y movimientos estratégicos. La enemistad entre Gabriel y Andrés alcanza un nuevo punto álgido, mientras la salud de Don Pedro se vuelve cada vez más preocupante. Cristina se mantiene firme frente a los ataques, pero queda claro que hay un enemigo oculto que sigue moviendo los hilos. La intriga empresarial se mezcla con dramas personales, y cada personaje se ve empujado a tomar decisiones que podrían cambiarlo todo.

El capítulo 367 no da respiro: conflictos familiares, secretos, traiciones y manipulaciones se entrelazan en un juego peligroso en el que nadie parece estar a salvo. Y mientras tanto, en las sombras, el verdadero culpable sigue actuando. ¿Quién está detrás de todo? ¿Será demasiado tarde cuando lo descubran?