Spoiler — “El enfrentamiento inevitable: Andrés y Tasio, entre resentimientos y celos”
El ambiente en la oficina está cargado de una tensión que apenas puede disimularse cuando Andrés irrumpe buscando a Tasio. Con el ceño fruncido y una voz que denota frustración, le reprocha directamente por no encontrar los documentos de logística que él mismo había dejado para que Tasio terminara. Tasio, visiblemente molesto y con una expresión de cansancio, le responde que esos documentos no estaban donde deberían y que justo en ese momento estaba por ponerse a trabajar en ello.
Andrés, sin perder el control pero con tono firme y cortante, le recrimina que si Tasio está operativo y disponible, entonces debería encargarse del trabajo sin excusas. La presión crece y Andrés no duda en recordarle que esa es su responsabilidad y que debe cumplir con sus obligaciones, dejando claro que no está dispuesto a tolerar más retrasos o excusas.
Pero Tasio, con un dejo de indignación en la voz, no se queda callado. Le hace saber a Andrés que desde que ocurrió todo lo relacionado con María, él ha estado cubriéndolo y apoyándolo sin hacer un solo reproche. Ese esfuerzo silencioso, que para Tasio merece reconocimiento, parece pasar desapercibido para Andrés, quien no parece valorar lo que Tasio ha hecho por él.
La tensión sube un peldaño cuando Andrés, confundido y casi molesto, le pregunta por qué Tasio no está trabajando si María ya está mucho mejor y la situación aparentemente está tranquila. Es entonces cuando la conversación se vuelve aún más personal y complicada. Tasio, con un tono desafiante, le pregunta a Andrés qué fue lo que hizo el día anterior, como una forma de cuestionar su compromiso y sus prioridades.
Andrés, poniéndose a la defensiva, admite que estuvo en el cuartelillo hablando con Remedios para confirmar la versión sobre todo ese asunto relacionado con Brosar. Tasio no puede evitar mostrar una mirada llena de sospecha y sarcasmo, y le pregunta si eso fue todo, insinuando que realmente lo que mueve a Andrés es la preocupación —o mejor dicho, los celos— que siente por la relación que podría estar surgiendo entre Begoña y el primo Gabriel.
Este señalamiento provoca una explosión emocional. Tasio le dice con sinceridad que le duele y le molesta que lo haya estado utilizando en su lucha personal contra Gabriel, como si él fuera un peón más en esa batalla. Andrés, ofendido por la acusación y molesto por sentirse juzgado, le responde con dureza que no tiene derecho a entrometerse en su vida personal de esa manera. Sin mediar más palabras, Andrés se levanta y abandona la oficina, dejando a Tasio solo en medio del silencio y la tensión.
El diálogo termina con Tasio soltando un suspiro cargado de frustración y agotamiento. En voz baja, le confiesa a Andrés que no le importa su vida privada ni sus problemas personales, pero sí le duele profundamente sentirse manipulado y arrastrado al terreno de las disputas ajenas. La sensación de haber sido usado y desvalorizado pesa como una losa en su ánimo, marcando un punto de quiebre en su relación laboral y personal con Andrés.
Este enfrentamiento revela no solo la carga de resentimientos acumulados, sino también el complejo entramado de emociones, responsabilidades y conflictos que ambos deben afrontar en su día a día. La combinación de celos, reproches y desconfianza pinta un cuadro lleno de conflictos que apenas están comenzando a aflorar y que podrían tener consecuencias mucho más profundas en el futuro cercano.