MARTA AND FINA – Sueños de Libertad 380 (Pero cómo ha podido dejarme así?

No lo sé, pero ¿cómo ha podido dejarme así? Está asustada. No es lo que hice la carta. Tienes que ayudarme a encontrarla. Quiero que vuelva. Necesito que vuelva.

En los próximos episodios, se desarrolla una de las escenas más intensas y cargadas de emociones de la trama, una secuencia que pondrá al descubierto los sentimientos ocultos de Marta y la creciente tensión que rodea la desaparición de Fina. Todo comienza en una conversación aparentemente tranquila entre Marta y Pelayo, pero muy pronto la calma se convierte en una explosión de vulnerabilidad, miedo y desesperación.

Pelayo, siempre observador y perspicaz, percibe que Marta no está siendo del todo sincera. Su mirada atenta y su tono firme revelan que, aunque ella intenta disimular, no puede engañarlo. “Quizá a María logres ocultarle lo que sientes, pero a mí no”, le dice con una seguridad que desarma cualquier máscara. Marta, incapaz de mantener más tiempo la fachada, confiesa lo que realmente ocurre: Fina se ha marchado. La noticia golpea a Pelayo como un jarro de agua fría. Su primera reacción es preguntar, casi con incredulidad, a dónde se ha ido. Sin embargo, Marta admite entre suspiros que no lo sabe.

La partida de Fina ha sido repentina, inesperada y dolorosa. En plena noche, sin despedirse, se marchó dejando tras de sí únicamente una carta. Ese papel se convierte en la única pista para intentar entender los motivos de su huida. Marta, con la voz quebrada, explica que en la carta Fina confesaba sus miedos: temía que alguien pudiera descubrir la verdad sobre la muerte de Santiago y que, de algún modo, eso terminara por salpicarla a ella. La culpa y la sospecha eran fantasmas demasiado pesados para cargar, y por ello decidió alejarse antes de que todo explotara.

Avance del próximo capítulo de Sueños de libertad: Andrés se ve obligado a  alejarse de Begoña para siempre

Pelayo escucha con atención, aunque de inmediato intenta restar importancia a las preocupaciones de Fina. Con tono tranquilizador, asegura que no hay motivos para alarmarse, que se tomaron todas las precauciones necesarias para borrar cualquier rastro de Santiago. Según él, nadie podrá descubrir nada, todo ha quedado sepultado en el silencio. Pero Marta no logra calmar su corazón; lo que más la atormenta no es la posibilidad de ser descubierta, sino la ausencia de Fina, el vacío que ha dejado en su vida y el dolor de sentirse abandonada sin una explicación clara.

Con un gesto de impotencia, Marta admite que no comprende del todo la decisión de Fina. “No lo sé, pero ¿cómo ha podido dejarme así?”, murmura, como si la pregunta estuviera dirigida al aire más que a Pelayo. La angustia la desborda, y en un acto de desesperación le suplica que la ayude a encontrarla. Marta no puede ni quiere aceptar la posibilidad de que Fina no regrese. Insiste una y otra vez en que debe volver, en que la necesita a su lado más que nunca. Su voz tiembla entre lágrimas contenidas, revelando la magnitud de su dolor.

Pelayo, en contraste, se mantiene como un pilar de serenidad. Consciente de la vulnerabilidad de Marta, le responde con palabras firmes y llenas de calma. Le promete que Fina regresará antes de lo que imagina, tratando de inyectar un poco de esperanza en su corazón. Sin embargo, también reconoce la terquedad que caracteriza a Fina cuando toma una decisión. “Sabes cómo es… cuando se empeña en algo, no hay quien la haga cambiar de opinión”, admite. Esta realidad enciende todavía más el temor de Marta, quien se imagina a Fina sola, perdida y sin rumbo.

La ansiedad crece en el ambiente. Marta, cada vez más angustiada, repite que no puede vivir sin ella, que la ausencia de Fina le resulta insoportable. Su voz resuena cargada de necesidad y dependencia, dejando claro que su vínculo con ella va mucho más allá de lo que cualquiera podría haber sospechado. Pelayo, viendo el estado en el que se encuentra, decide tomar un rol más protector. Se acerca a ella con suavidad, la invita a respirar y le recuerda la importancia de mantener la calma en un momento tan delicado. La abraza con palabras, con gestos, con la promesa de no dejarla sola en este trance.

En un intento por devolverle un poco de paz, le ofrece prepararle una tisana. El gesto, aparentemente simple, está cargado de significado: es su manera de cuidar de ella, de darle un respiro en medio de la tormenta emocional que atraviesa. Marta, agotada y sin fuerzas para discutir, accede. “Voy a pedirte la tisana”, dice finalmente, dejando entrever que, aunque la angustia sigue viva, necesita ese pequeño alivio para poder sobrellevar el momento.

Lo que hace tan poderosa esta escena no es únicamente la revelación de la partida de Fina, sino la forma en la que se muestran las emociones de cada personaje. Marta aparece desnuda de sus defensas, frágil y vulnerable, confesando un dolor que la carcome por dentro. Su miedo no es solo perder a Fina, sino quedarse sola frente a los secretos que la rodean, sin la compañía y el apoyo de quien considera indispensable en su vida.

Por otro lado, Pelayo se consolida como ese aliado ambiguo, que mezcla ternura con pragmatismo, y que a pesar de haber sido cómplice de tantos secretos oscuros, se muestra como el sostén emocional de Marta. Su serenidad contrasta con el torbellino de emociones que sacude a Marta, y aunque promete ayudarla, el espectador no puede evitar preguntarse hasta qué punto sus intenciones son del todo transparentes. ¿Busca realmente aliviar el sufrimiento de Marta, o sus palabras esconden un plan más calculado?

Sueños de libertad', avance de hoy, martes 18 de marzo: Fina toma una  decisión firme sobre la boda de Marta | Series

Lo cierto es que la escena se convierte en un nudo narrativo clave, porque abre nuevas incógnitas que marcarán el rumbo de los próximos capítulos. ¿Dónde está Fina realmente? ¿Hasta qué punto la carta refleja sus verdaderos miedos? ¿O acaso se trata de una estrategia para proteger a Marta de algo aún más peligroso? Y lo más importante: ¿qué pasará cuando Marta descubra la verdad detrás de la partida de Fina?

En definitiva, este episodio deja claro que el drama emocional alcanzará cotas aún más intensas. La desaparición de Fina no solo altera el presente de Marta, sino que amenaza con desestabilizar toda la red de secretos y alianzas que sostienen el delicado equilibrio de la historia. Y mientras Marta se aferra a la esperanza de un pronto regreso, los espectadores se preguntan si ese deseo será cumplido… o si, por el contrario, la ausencia de Fina abrirá heridas imposibles de cerrar.

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