Hola amigos, hoy les traigo el avance del capítulo 380 de Sueños de Libertad

El capítulo 380 comienza en la elegante pero siempre inquietante casa de la familia de la reina. La atmósfera está cargada de tensión, y desde el primer momento se percibe que los acontecimientos que se avecinan tendrán un impacto profundo en todos los personajes involucrados. Tras finalizar una llamada crucial, Damián recibe la inesperada visita de Pelayo, un encuentro que promete desvelar secretos y poner a prueba alianzas. Damián, con cortesía y un toque de formalidad, lo saluda: “Hombre, Pelayo, hacía tiempo que no hablábamos tú y yo. Quería aprovechar para agradecerte todo el apoyo que le estás brindando a Marta con el asunto de Fina. Sé que el detective que habéis elegido es de toda su confianza”. Las palabras de Damián no son meramente amables; contienen un reconocimiento implícito del esfuerzo y el riesgo que Pelayo ha asumido.

Pelayo asiente, serio y consciente de la importancia de su papel. “Sí, así es. Está poniendo todo su empeño. Para Marta es su prioridad ahora mismo”, responde con firmeza. Sin embargo, Damián, con mirada perspicaz, añade una observación que revela la complejidad de la situación: “Sé bien que, de algún modo, encontrar a Fina podría ir en contra de tus propios intereses. Por eso valoro aún más lo que haces”. Pelayo evita profundizar en el tema, consciente de que ciertos detalles deben permanecer ocultos. Rápidamente cambia de rumbo, mostrando preocupación por otro asunto: la situación de las perfumerías de la reina y cómo esta podría complicarse con su inminente nombramiento como gobernador civil. “Don Damián, en realidad venía a hablarle de algo que me preocupa. Mi nombramiento es inminente y no me gustaría que nada lo perjudicase”, confiesa con tono serio.

Damián, intentando transmitir seguridad, le asegura que todo está bajo control: “Estamos haciendo todo lo posible para manejar esta crisis con discreción. A día de hoy, todo está bajo control”. Sin embargo, Pelayo no se deja convencer fácilmente. Su incredulidad se hace evidente cuando pregunta con tensión: “¿A día de hoy, qué quiere decir con eso?” Damián responde con firmeza, buscando mantener la calma y el control: “Quiere decir que no tienes nada de qué preocuparte. Esto no te va a afectar”. Pelayo, sin embargo, insiste, mostrando una preocupación genuina por los rumores de descontento que circulan entre los trabajadores y sus familias. Damián lo encara, apelando a la paciencia y la confianza, mientras Pelayo eleva la voz recordándole la gravedad de la situación: hay un hombre en estado crítico en el hospital de Toledo y las consecuencias legales podrían ser imprevisibles.

Finalmente, Damián zanja la discusión con autoridad. Le indica a Pelayo que se mantenga al margen y deje que él y su equipo resuelvan la crisis. Lo único que le pide es que apoye a Marta, cuya prioridad ahora es la persona más importante de su vida: aquella que ha desaparecido misteriosamente. Pelayo se calma, asintiendo con solemnidad, y en ese instante suena el teléfono. Damián atiende de inmediato y escucha la voz de Joaquín, quien informa con preocupación que varios trabajadores han faltado hoy a sus labores, no en el área de saponificación como antes, sino en otros departamentos. La situación genera alarma, y la incertidumbre sobre cómo evolucionará la crisis se intensifica.

Mientras tanto, en otro escenario, Andrés se enfrenta a la presión de mantener la fábrica operativa en medio del caos. María se acerca, tratando de distraerlo y aliviar su tensión. La conversación entre ambos revela no solo la preocupación por la producción, sino también la profundidad de los lazos familiares y afectivos que los sostienen. Andrés, concentrado, intenta evitar que el cierre del área de saponificación paralice la producción de jabón, mientras María observa, comprensiva y atenta, las dificultades que enfrenta. La situación se vuelve aún más delicada cuando se menciona el estado de los enfermos; todos, salvo uno, muestran signos de mejoría, pero Narciso sigue grave en el hospital, aumentando la tensión y la preocupación por las consecuencias de la crisis.

En medio de esta presión, surge un momento de ternura y reflexión entre Andrés y María. Ella lo felicita por su dedicación al atender las dudas de Julia, y él confiesa que su prioridad es protegerla y tranquilizarla. La conversación se vuelve íntima, cargada de emociones contenidas, hasta que Andrés es interrumpido por una llamada urgente, dejando a María con la ilusión rota y un gesto de tristeza que refleja la frustración de los afectos interrumpidos por los deberes y responsabilidades.

Al mismo tiempo, en la cantina, Irene se acerca a Cristina, que se muestra visiblemente inquieta. La conversación entre ellas revela secretos que han estado ocultos hasta el momento. Irene confiesa, con un dejo de frustración y sinceridad, que intentó averiguar información sobre el paradero de Pepe solicitando los últimos movimientos de la cuenta de su hermano, con la esperanza de encontrar pruebas que lo involucraran en la desaparición de José. Sin embargo, Pedro la descubrió, obligándola a admitir la verdad. La revelación sacude a Cristina: Pedro le confesó a Irene que entregó dinero a José, pero que fue José quien lo pidió para marcharse y desaparecer.

Cristina, impactada y confundida, no logra comprender cómo José, que siempre había estado comprometido con ella y había cuidado de ella durante toda su vida, pudo pedir dinero y desaparecer. Irene le explica con seriedad que el dinero no era para José, sino que coincidía exactamente con lo que Cristina había recibido en aquel sobre. Todo formaba parte del cuidado que José había mantenido por ella incluso en su desaparición. La situación provoca un torbellino de emociones en Cristina: rabia, dolor y desconcierto ante la manipulación y control que su tío Pedro ejerce sobre sus vidas. No comprende cómo alguien puede decidir el destino de otros sin rendir cuentas, y la revelación pone en evidencia la magnitud de los secretos y engaños que han estado rodeando a la familia.

Este capítulo destaca por la tensión constante entre las responsabilidades, los secretos y la lealtad familiar. Cada personaje enfrenta sus propios dilemas, y mientras la verdad comienza a emerger, los lazos se ponen a prueba. Las decisiones de Damián, Pelayo, Andrés e Irene demuestran cómo los intereses personales, la ética y el afecto pueden chocar de manera inevitable. Las situaciones se desarrollan con un ritmo que mantiene al espectador al borde del asiento, revelando que la búsqueda de justicia y verdad no es lineal y está plagada de obstáculos y traiciones.

El episodio 380 deja al público expectante, consciente de que los próximos acontecimientos serán cruciales. La desaparición de José, las estrategias de Pedro, la presión sobre los trabajadores y la determinación de Irene y otros personajes por descubrir la verdad marcarán el rumbo de los capítulos venideros. Cada acción, cada decisión tomada, tiene repercusiones que podrían cambiar para siempre la dinámica de la familia de la reina y de quienes los rodean. La tensión, la intriga y los secretos continúan tejiendo una trama que promete mantener a todos los espectadores pendientes de cada detalle.