🛑 Spoiler – Hola, hoy hablaremos de Amor a cualquier precio. Comencemos 🛑
El episodio inicia con la llegada de Seiram a la mansión Corhan. Los empleados la reciben con amabilidad, deseándole una pronta recuperación. Sin embargo, ella no responde y se dirige directamente a su habitación. Al entrar, observa el lugar con nostalgia y tristeza, murmurando: “Pensé que nunca volvería aquí.” No puede contener las lágrimas y se sienta abatida. Ferit se arrodilla frente a ella, le toma las manos con delicadeza y Seiram le pregunta si todo ha terminado. Ferit responde afirmativamente: “Sí, mi amor, ya pasó todo. Estamos en nuestra habitación, y si tú quieres, no volveremos a salir de aquí. Solo quiero que estés bien.” Le ofrece hablar, pero ella solo quiere dormir. Ambos se acuestan y Ferit la abraza, acariciando su cabello mientras ella intenta conciliar el sueño. Él, sin embargo, se queda pensativo.
En medio del sueño, Seiram revive su peor pesadilla: recuerda cuando Maside le dijo que pagaría con el mismo sufrimiento. En el recuerdo, Maside y sus hombres la inmovilizan. Seiram grita asustada y pregunta qué le harán. Maside sostiene un frasco, advirtiendo que contiene ácido, y aunque no dañará su rostro, aplicará la ley del “ojo por ojo”. La despojan parcialmente de su ropa y Maside derrama el ácido sobre su espalda mientras se ríe cruelmente. Seiram grita de dolor.
De pronto, despierta sobresaltada gritando “¡Corre!”. Ferit corre hacia ella, preocupado, y trata de calmarla. Ella, llorando, dice que escuchó la risa de esa mujer, que está cerca. Ferit intenta tranquilizarla, asegurando que fue solo un mal sueño y que ahora está a salvo. Al intentar abrazarla, Seiram grita de dolor, y Ferit se aparta de inmediato, pidiéndole disculpas. Ella se aleja y dice con firmeza: “Estoy bien. No me toques.” Él insiste en revisarla, pero ella se rehúsa. Finalmente, toma asiento, aún afectada, y Ferit, abatido, le dice que no sabe cómo actuar con ella. Siente que no puede tocarla, abrazarla, ni siquiera hablar con ella. Le ruega que diga algo, lo que sea. Seiram, entre lágrimas, solo alcanza a preguntar si su madre está en la mansión. Ferit dice que irá a averiguarlo. Antes de irse, Seiram le da un abrazo.
En otra escena, Suna abandona la mansión y le pide a Abidim que la lleve a casa de Pelin. Abidim, preocupado, le advierte que no es el momento, que la situación en la mansión ha sido demasiado tensa. Pero Suna está decidida: no permitirá que esa mujer vuelva a meterse en la familia. Finalmente, Abidim accede y promete enviar a alguien que la lleve. Luego va al jardín y encuentra a Ferit mirando el mar. Le informa que ya instaló a alguien en una de las habitaciones y que aún no hay rastro de Akim ni de su madre. Ferit, con mirada sombría, afirma que no se han esfumado, simplemente son más astutos. Sugiere aumentar la vigilancia, especialmente por la entrada al mar, e instruye que un yate patrulle la zona. No quiere que nadie sepa que Akim y su madre podrían estar vivos, pues su prioridad es que Seiram sienta seguridad.

Mientras tanto, en un restaurante, Jalis se encuentra con Ifakat. Él solo accedió a reunirse porque supo que ella estaba amenazando a Latif. Ifakat le pide perdón, explicando que le tendieron una trampa, y niega haber hecho algo malo junto a Chemus. Jalis no le cree. Ifakat intenta recuperar su confianza acusando a Orhan y Nuket de conspirar contra él para arrebatarle el poder. Según ella, como no colaboró con ellos, la sacaron de la mansión y montaron todo el plan. Jalis se muestra escéptico, pero Ifakat insiste en que revise las cuentas extranjeras de Orhan. Le recuerda que ella era su única aliada en la mansión y se marcha. Tras su partida, Jalis queda pensativo. Irónicamente, sabemos que Ifakat sí participó en el plan junto a Orhan, pero al ser traicionada, decidió revelar todo.
Volvemos a Suna, quien llega a la casa de Pelin. Piril le abre la puerta y se sorprende. Suna entra sin permiso, exigiendo que se marche. Pelin la amenaza con llamar a la policía, pero Suna la desafía a hacerlo. En ese momento aparece Chemus, quien pregunta qué ocurre. Suna lo enfrenta, revelando que el departamento no está a nombre de su sobrina, sino del esposo de Suna. Le lanza una grave acusación: dice que Pelin paga el alquiler ejerciendo la “profesión más antigua del mundo”. Chemus y Pelin quedan en shock. Suna insiste en que se marche, diciendo que le da vergüenza que él respire el mismo aire que ella. Finalmente, Suna se va, dejando un ambiente cargado de tensión.
El capítulo cierra con Doruk, el entrenador personal de Asuman. Lo vemos regresar a casa acompañado por un amigo, visiblemente golpeado, resultado del interrogatorio al que fue sometido por Ferit, Abidim y Kassim. El amigo le sugiere denunciarlos, pero Doruk asegura que no servirá de nada: tienen poder, contactos, y pueden fabricar testigos falsos. Pero luego revela su plan: quiere vengarse de forma personal. Le muestra un video y le dice que lo subirán a internet, con la condición de ocultar su rostro. El amigo le pregunta de quién es el video y Doruk responde: “De Asuman Corhan.” Esto sugiere que existió una relación íntima entre ambos y que Doruk está dispuesto a exponerla públicamente como represalia.