Spoiler: “Hola amigos, hoy les traigo el avance del capítulo 354 de Sueños de Libertad”

En este nuevo capítulo, la atmósfera en casa de los Carpena está cargada de dolor y desencuentros. Irene es encontrada afuera, llorando desconsoladamente. Cuando Digna y don Pedro salen y la ven en ese estado, no dudan en preguntarle qué le sucede. Entre sollozos, Irene confiesa que ha perdido a su hija para siempre. Le reveló la verdad a la niña, que ella es su madre biológica, pero la reacción de la pequeña fue devastadora; la mirada de rechazo la hirió más que cualquier palabra. Don Pedro, frustrado y molesto, le recrimina a Irene por haber contado la verdad, pues creía que eso solo traería más sufrimiento. Digna, intentando apaciguar la situación, recuerda que a veces las personas se muestran duras por proteger a quienes aman. Sin embargo, Irene, entre lágrimas, no entiende por qué el trato de Pedro ha sido tan severo, y cuestiona si ese es el amor que dice sentir.

Más adelante, Irene decide poner fin a una relación que apenas comenzaba. Visita a Damián para explicarle que aunque aún siente lo mismo por él, no puede continuar porque su corazón está roto por lo ocurrido con su hija. Damián, comprensivo y preocupado, le ofrece todo su apoyo, dándole el espacio que necesita para sanar.

En otro escenario, don Pedro se encuentra con Cristina en el laboratorio y, al enterarse del error en las proporciones de un producto, intenta tranquilizarla, recordándole que todos cometemos fallos. Cristina, sin embargo, está desanimada y desilusionada, sintiendo que todo en su vida es una mentira excepto su trabajo. Don Pedro comprende la profundidad de su dolor y le revela que él nunca habría contado la verdad sobre su adopción para evitarle ese sufrimiento. Cristina, fría y distante, asegura que no habrá reconciliación con su hermana y acusa a don Pedro de no querer saber nada de ella, aunque él insiste en que fue él quien se ocupó de buscarle una familia adecuada cuando era niña. Le recuerda que sus padres adoptivos fueron elegidos con cuidado para brindarle un buen hogar. A pesar de la tensión, don Pedro le sugiere que si quiere respuestas, sabe a quién acudir.

Por su parte, Pelayo, molesto por la decisión de Marta, busca a Damián para hablar sobre la situación. Damián lamenta el cambio de actitud de Pelayo y su implicación con Marta, a quien considera obsesionada y responsable de poner en riesgo a la familia. Además, le informa que ha cancelado una cita en la clínica de fertilidad y planea convencer a Marta para que retome el tratamiento, argumentando que la llegada de un bebé fortalecerá la familia y evitará daños irreparables. Pelayo se muestra escéptico, pero Damián está decidido a actuar para preservar el futuro de todos.

Finalmente, Marta está en su habitación, abatida por todo lo sucedido, cuando Damián entra para conversar. Ella no muestra arrepentimiento por sus decisiones y reafirma su compromiso con sus propios deseos. Pelayo, por otro lado, la acusa de faltar a su palabra y le recuerda que la mejor ayuda que puede darle es que sea madre, algo que Marta no acepta bajo presión. La conversación se torna intensa cuando Pelayo intenta persuadirla usando la esperanza de formar una familia como argumento, pero Marta lo ve como un chantaje emocional y reafirma que será madre solo por amor, no por obligación ni manipulación.

Este capítulo se adentra en las complejidades del amor, la familia y las difíciles decisiones que cada personaje debe enfrentar, mostrando que a veces la verdad duele, los vínculos se tensan y las esperanzas chocan con la realidad.