AVANCE DE SUEÑOS DE LIBERTAD, MARTES 29 DE ABRIL, ANTENA 3, CAPÍTULO 300, LA DESPEDIDA DE BEGOÑA – YouTube
📌 Spoiler del capítulo:
En el episodio 300 de Sueños de Libertad, Begoña y Andrés enfrentan una crisis tras conocerse que la Iglesia ha rechazado la nulidad del matrimonio de Andrés y María. Ambos están desvelados, y mientras Andrés insiste en buscar alguna forma de revertir la decisión, incluso recurriendo a medidas extremas como revelar secretos comprometidos o sobornos, Begoña se muestra mucho más realista y derrotada. Le deja claro que no hay vuelta atrás y que no pueden luchar contra una institución que ya ha fallado en su contra.
Ante la creciente tensión, Begoña toma una decisión contundente: marcharse de la casa. Aunque Andrés intenta detenerla, ella le comunica que se quedará unos días en el dispensario, necesitando tiempo y espacio para reflexionar lejos del ambiente hostil en el que viven.
Paralelamente, Damián confronta a Luz en el dispensario por ejercer sin título médico. Aunque le deja claro que no la denunciará ni despedirá, sí le propone una salida legal: presentarse a un examen oficial como si hubiera estudiado en el extranjero, usando un contacto influyente que puede ayudarla a acceder al proceso. Luz duda, consciente del engaño que implica, pero también entiende que es una vía para regularizar su situación y seguir ejerciendo.
De regreso en casa de los Reina, Andrés y María tienen una tensa conversación. Ella se muestra ilusionada por una supuesta segunda oportunidad en su relación, mientras él la rechaza tajantemente, afirmando que ya no la ama. La situación escala cuando Andrés le revela con frialdad que Begoña ha decidido irse. María, sin inmutarse, acepta la noticia como algo lógico, lo que enfurece aún más a Andrés. La discusión sube de tono hasta que él le lanza un cruel reproche, acusándola de no tener dignidad ni lugar en esa casa. María, desesperada, aún intenta recuperar su relación, pero Andrés le deja claro que ya no siente nada por ella.

En un momento especialmente emotivo, Begoña se despide de la pequeña Julia. La niña, al verla con una maleta, se angustia al descubrir que su madre se marcha. Entre sollozos y súplicas, Julia le pide a Begoña que no la abandone, recordándole sus promesas de que nunca se separarían. Begoña, destrozada, intenta calmarla asegurándole que siempre estará cerca, pero insiste en que no puede seguir viviendo allí. Finalmente, con el corazón roto, y mientras María observa la escena desde el piso superior, Begoña empieza a dudar de su decisión, reconociendo en voz baja que tal vez irse haya sido un error.