⚠️ Spoiler — “Conflictos, celos y decisiones críticas en la familia Reina” ⚠️
En este episodio cargado de tensión emocional y empresarial, la relación entre Begoña y Andrés se sigue desgastando. Tras una discusión previa, Andrés intenta aclarar las cosas antes de que ella se vaya, pero Begoña está visiblemente molesta, especialmente por su actitud con Gabriel. Ella defiende la cercanía entre Gabriel y Julia, insistiendo en que es algo natural dado que comparten la casa, mientras que Andrés deja ver claramente sus celos. Las acusaciones cruzadas aumentan la distancia entre ellos, revelando heridas emocionales profundas y recriminaciones sobre la falta de tiempo, cariño y compromiso.
Por otro lado, en el ámbito laboral, la familia enfrenta un dilema crítico. La producción de un nuevo perfume peligra por la falta del ingrediente principal: el lirio. Don Pedro convoca una reunión de emergencia con Damián, Andrés y otros miembros clave. La tensión sube cuando se propone cancelar el proyecto, lo que desencadena un fuerte debate. Gabriel aparece con una solución inesperada: ha contactado con un proveedor que podría enviar el lirio urgentemente desde Canarias. Sin embargo, el costo del cargamento es altísimo, lo que divide aún más las opiniones. Damián está dispuesto a pagar el sobrecoste de su propio bolsillo, lo que irrita a Don Pedro y genera un nuevo foco de competencia entre ellos.
La discusión entre Andrés y Don Pedro también alcanza un punto crítico cuando se revela que el ladrón del dispensario —padre de Sandra Dios— había pedido ayuda y fue rechazado por Don Pedro. Andrés lo acusa de falta de humanidad, mientras Digna, aunque normalmente leal a su marido, admite que Andrés tiene razón en este caso.
El capítulo mezcla conflictos personales, choques de poder y decisiones empresariales que ponen en jaque las relaciones familiares y profesionales. La figura de Gabriel se fortalece como un mediador eficaz, mientras que Andrés se ve atrapado entre sus emociones personales y sus responsabilidades.