🔍 AVANCE DE UNA NUEVA VIDA – CAPÍTULO 76: UNA PRUEBA DE ADN QUE LO CAMBIA TODO
⚠️ ¡ALERTA DE SPOILER! Lo que estás a punto de leer revela los momentos más impactantes del capítulo 76.
El capítulo arranca con un giro dramático: Ferit se desmaya inesperadamente en la habitación de Seiran, justo frente a ella y a Suna. El caos se apodera del momento mientras ambas reaccionan con pánico. Seiran corre hacia él, sacudiéndolo con desesperación. Aunque Ferit logra incorporarse, su voz es débil y apenas logra decir que no hace falta llamar a una ambulancia. Pero Seiran, aún sospechando de sus intenciones, no se conmueve. Cree que Ferit está fingiendo para evitar que revele una verdad comprometedora a Aliaga.
Seiran le recrimina haber arruinado las cosas, mientras Ferit se defiende, asegurando que su intención ha sido proteger a la empresa y evitar una catástrofe. La tensión crece: Seiran lo acusa de querer suplantar a su abuelo Aliaga, lo que Ferit niega con vehemencia. El enfrentamiento se ve interrumpido cuando Orhan y otros miembros de la familia entran preocupados. Ferit, intentando calmar las cosas, les asegura que está bien y pide quedarse a solas con Seiran.
Una vez solos, Ferit le advierte que no vuelva a actuar sin consultarle y le prohíbe hablar con su hermana ni intervenir en la hipoteca de la mansión. Pero Seiran, firme, exige lo mismo a cambio: que no hipoteque nada sin su consentimiento. En medio de esta discusión, Suna y Abidin entran en escena al oír la palabra “hipoteca”. Seiran revela que Ferit planea hipotecar la mansión, algo que sorprende a todos.
Abidin, molesto, le reprocha no haberlo comentado antes. Suna, en cambio, dice sentirse anulada, como si su opinión no contara. Seiran intenta aliviar la tensión hablando del futuro: menciona con una sonrisa su deseo de tener un sobrino, incluso hijos propios, imaginando uno que se parezca a Ferit. Este momento de ternura, aunque breve, resalta el anhelo oculto de construir una familia.
Al día siguiente, Ferit espera a Suna fuera de su casa, tratando de convencerla de que todo estará bien si consigue el dinero. Suna, sin embargo, está agotada emocionalmente. Ferit insiste en que resolverá todo, pero ella no está dispuesta a arriesgarse más. Cuando le pregunta a dónde va tan temprano, Suna responde que al médico, y Ferit se ofrece a llevarla. En el camino, surge otra discusión: él siente que ella no confía en él, y ella le responde que no está segura de poder seguir con esa presión sobre sus hombros.
En el hospital, la doctora niega darle información a Suna sobre Seiran, pero finalmente revela un dato demoledor: Seiran no está enferma, pero es prácticamente imposible que tenga hijos. De hecho, si se sometiera a un tratamiento, su cuerpo podría no resistirlo. Suna queda devastada por la noticia.
Cuando se reencuentran, Seiran se topa con Ferit fuera del consultorio. Lo acusa de haber intentado manipular a su hermana. Ferit, irritado, niega todo. La tensión se alivia brevemente cuando Seiran cambia de tema, comentando casualmente que también se hizo una prueba de fertilidad. Pero Ferit detecta la preocupación en el rostro de Suna y empieza a sospechar. Ella termina revelando lo que la doctora le dijo: que su hermana no podrá quedar embarazada fácilmente.
La noticia golpea duramente a Ferit, aunque intenta mantener la calma. Suna, por su parte, intenta animar a Seiran sugiriendo que vean una película juntas. Más tarde, cuando Suna regresa por su teléfono olvidado, se detiene frente a Ferit y, tras pensarlo un momento, acepta la hipoteca de la mansión.
En paralelo, Ferit se presenta ante su abuelo con una firme determinación. Informa que todo está listo, incluidas las piedras preciosas necesarias para un negocio clave. Aliaga, satisfecho, le entrega un anillo familiar ancestral, símbolo del liderazgo de la familia Korhan. Ferit, impactado, lo recibe con humildad. Es un momento solemne: ha sido nombrado oficialmente como el nuevo “aga”, el jefe de la familia.
La historia da un vuelco explosivo cuando Ferit encara a Taifun y le exige saber la verdad sobre la paternidad del hijo de Betül. Bajo presión, Taifun confiesa que él es el padre del bebé, y que incluso cambiaron la muestra de sangre de Orhan por la suya propia para encubrirlo. Indignado, Ferit llama de inmediato a su madre y le revela la manipulación. Gülgün, alarmada, le dice que espere fuera de la casa mientras ella acude para evitar otro escándalo. Ferit le advierte que Betül ha jugado sucio y que su padre nunca fue el padre biológico del niño.
Durante la cena familiar, Aliaga honra públicamente a Ferit por salvar a la empresa. Le entrega oficialmente el anillo como símbolo de su nueva posición. La responsabilidad cae sobre Ferit con todo su peso: ya no es solo un nieto, sino el guardián del legado Korhan.
Poco después, Suna confronta a Ferit en el jardín y le pregunta si será capaz de cargar con la responsabilidad, sabiendo que la mujer que ama no puede darle hijos. Ferit, conmovido, le responde que aunque se sentiría frustrado, su amor por Seiran es más fuerte, y que si no pueden tener hijos, construirán algo propio juntos.

Más tarde, Ferit y Seiran comparten un momento íntimo. Ella confiesa que siempre quiso ser tía, y él, entre risas, le pregunta si quiere un hijo. Seiran le responde que sí, pero que aún no es momento. Ferit, entusiasmado, sueña con tener una hija como ella y un hijo que herede su carisma. Aunque Seiran lo frena con una sonrisa divertida, la posibilidad de formar una familia vuelve a tomar fuerza entre ellos.
En otra escena clave, Orhan llama a Betül con una voz grave. Pero Zeynep interrumpe con sarcasmo, exigiendo que se vaya. Orhan revela que el resultado de la prueba de paternidad ha llegado y que, en efecto, Betül está embarazada de su hijo. Un secreto más sale a la luz.
Afuera de la mansión, Abidin se encuentra con una mujer mayor en medio del camino, quien, con lágrimas en los ojos, le dice: “Soy tu madre”. Abidin queda paralizado. El impacto de esta revelación marca otro giro emocional en la historia.
La noche cierra con Ferit brindando con la familia Korhan, anunciando que pronto tendrán las primeras muestras de las piedras preciosas que podrían salvar su fortuna. Gülgün, orgullosa, le recuerda que está fortaleciendo el legado familiar. Ferit siente el anillo en su dedo como algo más que una joya: es un peso, una promesa y un destino.