🔴 AVANCE DE UNA NUEVA VIDA, CAPÍTULO 84 – SUNA ES ARRESTADA POR ASESINATO | SPOILER 🔥
En el capítulo 84 de Una nueva vida, el destino de los protagonistas da un vuelco dramático. Todo comienza con la familia Coran saliendo ilesa de un accidente, gracias a la pericia de Ferit al volante. Mientras tanto, Alice ha viajado al extranjero para tratarse, pero la tragedia no da tregua: Aisen ha muerto y la policía arresta a Suna como principal sospechosa. Al enterarse, su familia corre desesperada a la comisaría.
Sefika acusa directamente a Suna, alegando que la empujó por las escaleras. Cizek también la señala como culpable. En una conversación intensa, Karam le confiesa a su madre que todo fue parte de un plan cruel: Cizek, consumida por los celos, no quería que Alice muriera… sino que sufriera. Karam, harto, le reprocha su falta de amor y comprensión: “Mataste a una niña inocente solo para no perder a tu hijo”, le dice, desencadenando una ruptura definitiva.
En la estación de policía, Suna encara a Ferit con dolor y resentimiento: “Dicen que el asesino siempre vuelve a la escena del crimen. Yo estoy aquí por ti. Me besaste… y luego me abandonaste”. Ferit, abatido por la culpa, le promete hacer todo lo posible para liberarla. Pero Suna ya no espera milagros: “Para mujeres como yo, que creemos en promesas vacías, sólo queda el dolor”.
En busca de respuestas, Ferit y Seiran van al hospital donde falleció Aisen. En el camino, Ferit se entera de algo impactante: debido a una antigua enfermedad, Seiran no puede tener hijos sin poner su vida en riesgo. Ferit, enfurecido, le reprocha que haya prometido un bebé a su abuelo sin contarle la verdad. Ella, con la voz quebrada, le responde: “Si tú no existes, yo tampoco”.
Al mismo tiempo, Sadik le informa a la Gran Dama que la enfermera sobornada ya está bajo control. El veneno inyectado a Aisen no será detectado en la autopsia. Más tarde, Kazim visita a Suna en prisión. Desesperado y conmovido, pierde el control y enfrenta a los oficiales. Al ver el miedo en sus ojos, Suna le dice: “Por primera vez, tus manos me dan seguridad”. Kazim promete no abandonarla, a pesar de todo.
En el hospital, un nuevo obstáculo aparece: todas las grabaciones de seguridad han sido eliminadas. Sin pruebas, la verdad parece cada vez más inalcanzable. Pero algo inquieta a Ferit: un hombre los observa fijamente. Él y Abidin lo acorralan en un pasillo, convencidos de que sabe algo sobre la muerte de Aisen. Antes de obtener respuestas, los guardias los interrumpen y los obligan a retirarse.
Mientras Seiran deambula por los pasillos, nota a una mujer grabando a un recién nacido. Su actitud parece sospechosa. Cree que esas grabaciones pueden revelar algo clave. Pero justo cuando está por acercarse, recibe una llamada urgente: “Sal del hospital ahora mismo”, le ordena Ferit. Seiran obedece, dejando atrás una posible pista vital.
Orhan llega con nuevas revelaciones: alguien saboteó los frenos del auto. Seiran afirma con certeza que fue Karam, quien días antes la había amenazado. Abidin, aún incrédulo, no quiere creerlo. Esme rompe el silencio: le pidió a Sefik que dijera la verdad, pero Cizek manipuló todo para culpar a Suna.
Finalmente, Ferit y Seiran consiguen contactar a los padres del bebé grabado aquella noche. Al revisar los videos, encuentran la evidencia que necesitaban: una enfermera entra y sale de la habitación de Aisen, y luego recibe un sobre de dinero de una figura encapuchada. Ferit aprieta los puños: ya no hay vuelta atrás.
Más tarde, Orhan y Yat visitan a Sefika. “Aisen estaba viva al llegar al hospital”, le dice Orhan con dureza. “Sabemos que no fue Suna. Y si el verdadero culpable no aparece, su alma no descansará”. Yat interviene: “Sabemos que te convencieron para culpar a Suna. Pero aún estás a tiempo de decir la verdad”. Sefika, nerviosa, finalmente accede.
Junto con Ferit, se presenta ante el fiscal y empieza a contar la verdad. Pero antes de que terminen, Sadik irrumpe en la sala con una calma escalofriante. “No hace falta que sigan investigando”, dice con frialdad. “Yo maté a Aisen”. Confiesa que tuvieron una relación y que, al ser rechazado, la mató.
Mientras tanto, en la mansión de la Gran Dama, Karam confronta a su madre. “¿Estás sacrificándolo todo por Abidin?”, le pregunta. Sospecha que lo prefiere por encima de él, ya que no puede tener hijos. La Gran Dama no responde, pero su silencio lo confirma todo.
Ferit, por su parte, no detiene su cruzada. Planea destruir a la Gran Dama por su implicación en el crimen. Seiran lo confronta: “Le prometiste a Aliaga que protegerías a nuestra familia. Si sigues con estos juegos, me iré lejos con mis hijos”. Ferit, sin inmutarse, le responde: “No me amenaces, porque no voy a escucharte”.
En prisión, Cizek se presenta ante Suna con una propuesta tentadora: si acepta mudarse a la mansión y criar a su hijo con ella, la sacará de la cárcel. Suna duda, pero finalmente acepta, sabiendo que su libertad está en juego.
Esa misma noche, Ferit y Abidin terminan protagonizando una brutal pelea en un bar. Ambos son arrestados. Pero el destino les tiene preparada una última sorpresa: al entrar a la celda, se encuentran cara a cara con Sadik.
Ferit sonríe… con malicia.