🔴 AVANCE DE UNA NUEVA VIDA, CAPÍTULO 85 – ¿PODRÁ SEYRAN SALVAR A FERIT? | SPOILER 💥
El capítulo 85 arranca con tensión y estrategias en marcha. Afuera de la mansión, Ferit se encuentra en secreto con el fiscal, quien le revela que llevan tiempo investigando a la Gran Dama. El ataque armado a la mansión fue la confirmación de que hay un conflicto profundo entre ella y su propia familia. Chenjit añade que Alisaga ha colaborado con la fiscalía desde el tiroteo.
Ferit se muestra dispuesto a colaborar: su plan es conseguir que Sadik confiese. Le dice al fiscal que necesita que Abidin vaya con él a prisión para disimular y obtener más información. “Mi abuelo aprueba lo que estoy haciendo,” asegura, y quiere que Seiran lo sepa.
Así, Ferit y Abidin escenifican una pelea en un bar para ser arrestados. Ya en la cárcel, Abidin se sorprende por lo rápido que fueron llevados al penal. Ferit le explica que fue gracias al apoyo del fiscal. En su celda, presiona a Sadik para que hable, pero un líder del pabellón lo detiene. Luego, ambos son llamados a hablar con sus abogados.
En ese momento, Ferit le revela a Abidin una verdad impactante: Sadik no mató a Aisen, sino que fue su madre quien ordenó su muerte. Le dice con dureza que, si tiene conciencia, le debe la verdad tanto a Aisen como a su madre Sefika. Si no lo ayuda, Ferit planea hablar con el abogado para salir de la cárcel por su cuenta. Abidin, dudando pero conmovido, acepta cooperar.
Mientras tanto, Orhan busca respuestas a través de Chenjit, quien le confirma que Ferit está colaborando con las autoridades. Abidin le cuenta a su madre que está fingiendo estar del lado de Sadik para protegerse. Por otro lado, Cizek le advierte a Sadik que no diga ni una palabra, ni siquiera a Abidin. “Debes protegerte”, insiste.
A la par, Orhan y Kyn intentan suavizar el escándalo mediático que rodea a Ferit. Hablan con periodistas para controlar los daños. Al mismo tiempo, Cizek recuerda a Suna la promesa que hizo y le exige que regrese a la mansión. Tras pensarlo, ella acepta. Orhan sugiere que, si está allí, podría ayudar en la investigación para liberar a Ferit.
Kim y Esme también van a la mansión para proteger a Suna. Allí, se le imponen reglas estrictas: no volverá a comer sola y solo podrá consumir lo que le indiquen. En prisión, Ferit recibe un teléfono móvil de un guardia para grabar una posible confesión de Sadik, pero Yasar los descubre y se inicia una violenta pelea.
Mientras lucha, la mente de Ferit se llena de pensamientos oscuros: una voz interna le dice que mate a Sadik, que nadie lo detendrá, que ya no queda nadie por quién luchar. Pero Ferit se contiene: “Aún tengo cosas por hacer”, se repite a sí mismo.
Fuera del penal, Seiran enfrenta una dura prueba con los inversionistas. Ellos respetan a Ferit, pero tras los recientes acontecimientos, le ofrecen continuar el negocio solo con ella, no con la familia Coran. Seiran se mantiene firme y responde que no puede decidir sin consultar con los suyos. Llama a Orhan para pedir ver a Ferit, pero él se niega.
En la mansión Coran, Seiran explica la oferta de los inversores. Icat se opone rotundamente, pero Seiran insiste: prometió proteger a la familia y no permitirá que pierdan todo. Orhan decide apoyarla y proponen mantener a los inversores interesados hasta que Ferit sea liberado. Gulgun estalla al enterarse, convencida de que Ferit ha sido víctima de una gran injusticia.
Los inversionistas ponen una condición: quieren que el diseño central de la nueva colección sea algo único y simbólico. Inspirada, Seiran recurre a su abuelo Alisaga y busca entre sus cuadernos de diseño. Descubre una leyenda: hace 6000 años, una mujer poderosa invirtió todo en construir un castillo. Al no poder terminarlo, vendió su bien más preciado, un anillo de inmortalidad. El castillo fue terminado, pero ella murió sin su anillo. Se preguntaba: ¿de qué sirve la inmortalidad si se ha perdido el motivo para vivir?
Seiran diseña entonces un anillo inspirado en esa historia, una metáfora de sacrificio y protección. Cree que ese diseño puede ser clave para el futuro de Ferit.
Pero el peligro no ha terminado. Cuando Cizek se entera de que será arrestada, intenta huir con pasaportes falsos. Kazim intercepta su escape, y en el caos, un hombre saca un cuchillo y amenaza a Suna. En el momento justo, Abidin y Ferit irrumpen en la mansión. El atacante escapa por la ventana.
Finalmente, los Coran regresan a su hogar. Ferit y Orhan admiran el anillo diseñado por Seiran. “Es magnífico”, reconoce Orhan. Han logrado recuperar la confianza de los inversores. Ferit, orgulloso, confiesa: “Sabía que Seiran haría todo para salvarme”.
Entonces, su teléfono vibra. Es un mensaje de la inversora: “Señora Seiran ha tomado una decisión acertada. Nos alegra continuar con la asociación”. Seiran respira aliviada. El futuro sigue incierto, pero ahora, hay esperanza.