SUEÑOS DE LIBERTAD – EL ENGAÑO DE GABRIEL Y LA SOSPECHA DE ANDRÉS AGITAN LA FÁBRICA

La tensión en Sueños de Libertad crece como una tormenta silenciosa que amenaza con arrasar la calma aparente. En este nuevo y dramático avance, vemos cómo la salud de don Pedro empieza a deteriorarse visiblemente, pero su obstinación le impide aceptar la realidad. Luz, siempre atenta y profesional, intenta hablar con él en su despacho sobre la necesidad de realizar revisiones médicas en la fábrica. Aunque al principio don Pedro escucha con cortesía, pronto muestra señales de incomodidad cuando Luz sugiere que él también debería someterse a un chequeo.

El patriarca intenta desviar la conversación con evasivas, proponiendo que se difunda entre los trabajadores que él ya se ha revisado. Luz, sin perder la compostura, le insiste con calma pero firmeza, preocupada por los síntomas que ha observado: cansancio excesivo y pérdida de apetito. Don Pedro termina confesando que su esposa también ha mostrado preocupación, y aunque se muestra algo sarcástico al respecto, se nota que el comentario le afecta. Luz no se rinde, le recuerda que está ahí para ayudarlo, pero el empresario decide cerrar la conversación y, con un tono más amable, agradece su interés.

En paralelo, en el despacho de Damián se libra otra batalla, esta vez emocional y profesional. Andrés, cada vez más inquieto, lanza duras críticas sobre la gestión de Gabriel en la fábrica. Cree firmemente que su primo es el causante de muchos de los problemas recientes, aunque su padre, Damián, mantiene una confianza ciega en él. Andrés considera que Marta debió actuar como mediadora con Kobeaga en lugar de Gabriel, convencido de que eso habría evitado el colapso de las negociaciones.

Marta, fría pero consciente de la gravedad del momento, coincide en que aún hay margen para un último intento: proponer una fragancia conjunta para salvar la relación comercial. Ella se compromete a hablar con Kobeaga, aunque no promete resultados. Justo cuando todos se disponen a cenar, Damián detiene a su hijo para una conversación más personal.

Damián quiere hablar de Begoña. Pregunta a Andrés si ella le ha contado todo, y ante la afirmación de su hijo, intenta asegurarse de que Andrés sea capaz de manejar la situación con madurez. Pero Andrés no oculta su malestar hacia Gabriel. Damián lo exhorta a dejar de lado los celos, pero Andrés se enfurece ante la insinuación: asegura que no se trata de celos, sino de hechos concretos que nadie más parece querer ver.

Según Andrés, Gabriel ha manipulado decisiones importantes, como el voto de María en la junta, y sospecha que incluso mintió sobre su anterior trabajo para infiltrarse en la empresa. Damián, por su parte, intenta justificarlo todo: afirma que él mismo pidió a Gabriel que interviniera con María, y que el engaño sobre su empleo anterior fue solo un intento torpe de no forzar su bienvenida en casa. Nada de eso convence a Andrés.

Cada vez más frustrado, Andrés acusa a su padre de justificar todo con excusas sin fundamento. Damián pierde la paciencia y le grita que deje de buscar fallos por despecho. Andrés, sin achicarse, declara con convicción que lo que hace no es por egoísmo, sino por una intuición que no puede ignorar: siente que Gabriel oculta algo grave. Al final, se marcha del despacho dejando a Damián solo, con una preocupación que ya no puede disimular.

La situación en Sueños de Libertad está en un punto de ebullición. Las grietas en la familia y en la empresa se hacen cada vez más profundas. Mientras don Pedro niega su fragilidad física, Andrés empieza a luchar contra una fragilidad emocional que amenaza con derrumbar la estructura de todo su entorno. Marta, por su parte, tiene en sus manos una última oportunidad para salvar una alianza estratégica.

¿Será capaz de convencer a Kobeaga? ¿Tiene razón Andrés al desconfiar de Gabriel, o sus sentimientos hacia Begoña están nublando su juicio? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar para protegerla? ¿Podrá Damián sostener el equilibrio entre la lealtad a su familia y la confianza en quien considera un valioso aliado?

Lo cierto es que cada personaje empieza a caminar sobre una cuerda floja, donde cada paso mal dado puede precipitarlo al abismo. La sombra de la desconfianza se extiende y amenaza con destruir tanto relaciones personales como negocios construidos durante años.

La cuenta atrás ha comenzado, y los secretos que aún permanecen enterrados están a punto de salir a la luz… con consecuencias imprevisibles.