Spoiler: “Buenos días”
Una joven llega a su nuevo lugar de trabajo, una empresa de perfumería reconocida llamada Perfumerías de la Reina. Apenas cruza la puerta, es recibida por un hombre amable que, al parecer, se encuentra al frente de la empresa. Él supone, con cortesía, que ella es la nueva empleada. Le informa que Don Luis, su jefe directo, ha salido momentáneamente, pero que no debería tardar en regresar.
El hombre se presenta: es Pedro Carpena, el director general. La joven, algo nerviosa, se presenta a su vez como Cristina Ricarte, la nueva asistente de Don Luis. En su presentación, deja entrever que sus motivaciones son profundas: está allí por su familia, lo cual implica que su historia personal influye directamente en su presente.
En medio de esta conversación aparentemente formal, surgen tensiones personales. Se menciona a la hermana de Cristina, lo que desencadena un diálogo cargado de emociones y reproches. Cristina afirma que todo lo que hace es por su familia, pero su interlocutor la contradice con dureza, sugiriendo que ella no comprende el verdadero significado de esa palabra. Insinúa que ha hecho cosas cuestionables en el pasado, las cuales su hermana aún desconoce. A pesar de las acusaciones, Cristina defiende la nobleza de su hermana y exige respeto hacia ella.
En ese momento, el tono del diálogo cambia, revelando que la verdadera confrontación no es entre las personas que están allí presentes, sino entre Cristina y su propio pasado. El hombre le advierte que, por experiencia, sabe que el pasado siempre vuelve. Esta afirmación la perturba, aunque trata de mantener la compostura.
Al retomar la calma, Cristina recuerda cómo llegó a la empresa. Menciona que fue don Damián De la Reina quien la presentó a Don Luis, y que su contratación no fue improvisada. Fue recomendada por su facultad, junto con otros dos compañeros. Después de superar entrevistas y gracias a su buen historial académico, fue seleccionada para el puesto.
Pedro Carpena se muestra convencido de que Cristina tiene un gran potencial. Le da una calurosa bienvenida a la empresa y la felicita sinceramente por haber conseguido el puesto. Entonces, le anuncia una buena noticia: ha decidido aumentarle el presupuesto del departamento, algo que ella venía solicitando hacía tiempo, incluso esa misma mañana. Aprovechando un nuevo proyecto llamado Cobeaga, consideraron que era el momento adecuado para hacer esta inversión.
Cristina agradece la decisión con emoción, y Pedro la anima a seguir adelante, a trabajar con pasión y a crear perfumes que hagan famosa a la compañía. El encuentro termina con una despedida cordial, marcada por palabras de aliento y respeto mutuo. Ambos se separan, sabiendo que comienza una nueva etapa profesional, pero también con la certeza de que hay historias personales que aún no han sido completamente reveladas, y que podrían influir en lo que está por venir.