🟣 Spoiler – Fina, sorprendida con la actitud de Marta con el nuevo trabajador de la fábrica

En este episodio de Sueños de Libertad, un pequeño incidente en la fábrica desencadena una conversación reveladora entre Fina y Marta, que expone la creciente tensión y desconfianza de esta última frente al nuevo trabajador, el señor Rojas. Lo que comienza como una simple visita técnica termina abriendo un nuevo frente emocional y personal en la historia.

La escena inicia con la evaluación rutinaria de seguridad en la fábrica, donde se concluye que es necesario instalar extintores tanto en la tienda como en el almacén. Hasta ahí, todo parece un protocolo más. Sin embargo, la conversación da un giro inesperado cuando el inspector menciona que ha oído hablar del reciente atraco con arma blanca que sufrieron. Tanto Marta como Fina lo confirman y comentan que, afortunadamente, todo quedó en un susto.

El señor Rojas, con una actitud profesional, sugiere que sería beneficioso ofrecer formación al personal para saber cómo reaccionar en casos similares en el futuro. Propone enseñar desde cómo detectar comportamientos sospechosos hasta técnicas básicas de defensa o reacción ante situaciones violentas. Fina lo recibe con entusiasmo y Marta, aunque inicialmente cortante, no lo descarta de inmediato.

Sin embargo, cuando el hombre se retira, la verdadera conversación entre ambas comienza. Fina, con su intuición aguda, se da cuenta de que algo no está bien con Marta y la confronta directamente: “¿Qué te pasa con ese hombre?”. Marta intenta restar importancia a su actitud, pero no puede ocultar su incomodidad. Explica que simplemente prefiere mantener distancia con personas que aún no son de confianza, sobre todo después de lo que ocurrió con Santiago, un incidente que ambas recuerdan con tensión.

Fina intenta tranquilizarla. Le asegura que sabe cuidarse, que el señor Rojas no tiene ninguna intención indebida y que no hay por qué desconfiar de él. Pero Marta, claramente alterada, se mantiene firme. Aunque no hay acusación directa, su lenguaje corporal y sus evasivas sugieren que no termina de sentirse segura o cómoda con la presencia del nuevo trabajador.

La discusión toma un matiz más serio cuando Fina le lanza una pregunta crucial: “¿Y qué vas a hacer? ¿Vas a dejar que el resto de compañeras se queden sin la formación que él puede dar solo por protegerme a mí?”. Es un momento clave en el episodio. Marta no responde con claridad, lo que deja al espectador entrever que está en conflicto entre su instinto protector y su propio miedo.

La escena culmina con Marta diciendo que lo pensará más tarde. Fina le recuerda que tiene la tarde libre, pero Marta responde que solo necesita ir a dar unas instrucciones a Andrés y volverá pronto. Esa respuesta evasiva deja a Fina con dudas y al espectador con la sensación de que Marta oculta más de lo que dice. ¿Es solo precaución o hay algo más detrás de su actitud?

Este episodio muestra con sutileza pero firmeza cómo el pasado sigue marcando a Marta. Su experiencia anterior con Santiago —a quien se sugiere que le hizo daño emocional o físico— ha dejado cicatrices profundas. Aunque el señor Rojas no haya mostrado ninguna actitud inapropiada, Marta no puede evitar asociarlo con una posible amenaza. Su comportamiento sobreprotector con Fina, además, habla de un sentimiento de culpa o de responsabilidad que todavía la persigue.

Por otro lado, Fina aparece como una figura más serena y racional. Confía en su intuición, no ve peligro, y se niega a vivir con miedo. Pero también es consciente de que Marta está actuando por algo más que simple prevención. La tensión entre ambas no llega a explotar, pero se planta una semilla de conflicto que podría desarrollarse en los próximos episodios.

En el fondo, el episodio refleja algo más profundo que un mal presentimiento. Habla de cómo el trauma no siempre desaparece, de cómo el miedo puede camuflarse como precaución, y de cómo el deseo de proteger a quienes queremos a veces termina por aislarnos o hacernos tomar decisiones desproporcionadas. Marta no quiere revivir el pasado, y esa ansiedad la hace actuar con rigidez, aunque las circunstancias actuales no lo justifiquen plenamente.

Este capítulo también reaviva la dinámica entre Marta y Fina, una relación compleja donde hay cariño, confianza, pero también diferencias de carácter muy marcadas. Mientras Fina apuesta por la normalidad, Marta sigue viendo sombras en cada rincón. La entrada del señor Rojas puede que no tenga nada oculto, pero para Marta representa una amenaza latente que nadie más parece notar.

Con este nuevo elemento introducido en la trama, el espectador se queda con varias preguntas en el aire: ¿Es la desconfianza de Marta exagerada o está percibiendo algo que los demás no ven? ¿Habrá algo oscuro en el pasado del señor Rojas? ¿O será Marta quien deba enfrentarse a sus propios miedos y aprender a dejar atrás lo que vivió?

Por ahora, todo queda en suspenso, pero lo cierto es que esta escena marca el inicio de una nueva línea narrativa cargada de tensión psicológica y emocional. La seguridad de la fábrica ya no se mide solo en extintores y protocolos, sino en la frágil tranquilidad emocional de sus trabajadoras.