Sultan ha vuelto a la cocina por última vez. Quería hacer las paces con Sefika. Pero lo que ha encontrado ha sido rechazo, reproches y una puerta cerrada.

La criada ha dicho que venía en son de paz y que solo quería arreglar las cosas. Pero Sefika ya no estaba dispuesta a escuchar. “¿Cómo pudiste hacer algo así? ¿A una persona que te dio de comer?”, le ha echado en cara muy decepcionada.

Sultan ha insistido. Le ha pedido que no le dé la espalda. Incluso ha mencionado que pronto llegará la hija de Sefika, como si eso pudiera cambiar algo. Pero nada ha servido. “Por suerte, mi hija tiene valores. No como tú.”, ha respondido Sefika.

Y entonces ha dicho algo que ha dejado a todos helados: “Nadie se va de esta vida sin vivir aquello por lo que juzgó a los demás. Ojalá veas cosas peores”.

Ante esas palabras tan amargas de la criada, la cocinera ha sido clara: “Te retiro mis bendiciones. No quiero verte nunca más”. Sultan se ha ido, sin nada más que decir. ¿Qué hará a partir de ahora sin los Korhan?