⚠️ SPOILER — La Promesa 592: “Leocadia y Lorenzo conspiran para destruir a Eugenia” 😱🔥
El capítulo 592 de La Promesa nos sumerge en un torbellino de intrigas, traiciones y secretos al borde de estallar. Eugenia, quien durante mucho tiempo fue vista como una figura frágil y silenciada, ahora se ha convertido en una observadora lúcida de los movimientos en el palacio, dispuesta a intervenir cuando lo considere necesario. Ya no es la mujer recluida, sino una voz incómoda que amenaza con exponer el pasado de quienes intentan dominar La Promesa desde las sombras.
Una de esas personas es Leocadia, quien, en ausencia de Cruz, intenta tomar el control de la autoridad dentro del palacio. Pero la creciente firmeza de Eugenia se interpone en sus planes. Las insinuaciones que lanza sobre hechos ocultos del pasado se vuelven peligrosas para Leocadia, quien comienza a ver a Eugenia como una amenaza real. Por eso, decide unirse estratégicamente a Lorenzo, con quien forma una alianza temporal destinada a neutralizar a Eugenia por completo.
El objetivo de la conspiración: convencer a Alonso de que Eugenia está mentalmente inestable y debería ser internada nuevamente en el sanatorio. Para ello, Leocadia y Lorenzo planean una escena cuidadosamente elaborada, en la que aparentan preocupación por su salud mental y usan un lenguaje persuasivo para influir en Alonso. Todo es una farsa bien orquestada que busca silenciarla antes de que revele los secretos que podrían destruirlos a ambos.
Mientras esta oscura maniobra se desarrolla, otra historia transcurre paralelamente en silencio: la boda secreta de Catalina y Adriano. Los preparativos están casi listos, con Simona como testigo y el padre Samuel a cargo de la ceremonia. Pero este matrimonio representa más que un acto de amor: es una amenaza directa a la jerarquía del palacio. Si Leocadia o Lorenzo descubren esta unión, podrían hacer todo lo posible por detenerla.
Por otro lado, Curro y Lope siguen investigando el intento de asesinato ocurrido durante el picnic. Las pistas los conducen hasta Basilio, un supuesto mozo de cuadras que resultó ser mucho más que eso. Su rastro los lleva hasta un casino en Villalquino, pero necesitan dinero para continuar la búsqueda. Por eso recurren a Vera y Ángela, quienes se ven envueltas en la trama de forma inesperada.
Ángela, determinada a ayudar a Curro, impone una condición: quiere saber toda la verdad antes de involucrarse más. Curro le habla entonces de sus sospechas sobre la muerte de Jana y de la implicación de Basilio. Convencida por las palabras del joven, Ángela decide ayudarlo, pero al no tener dinero propio, roba en secreto de la caja fuerte de su madre, Leocadia.
La situación se descontrola cuando Leocadia la sorprende justo en el acto. Lo que podría haber sido un simple conflicto se transforma en un choque brutal entre madre e hija. Ángela intenta justificarse, alegando que lo hizo por amor. Pero Leocadia no lo ve así: lo considera una traición imperdonable. A partir de ese momento, se inicia una guerra fría entre ambas, con Leocadia decidida a destruir la relación de su hija con Curro, que amenaza con desestabilizar el equilibrio del palacio.

La obsesión de Leocadia por controlar a Ángela y neutralizar a Curro crece. Ya no se trata solo de proteger su imagen, sino de eliminar cualquier vínculo que pueda hacer tambalear su posición. Para ella, impedir esta relación se convierte en una necesidad imperiosa.
En paralelo, otro conflicto emocional sacude el palacio. Rómulo, dolido por las preguntas de Pía sobre su pasado con Emilia, se distancia emocionalmente. Para él, remover ese pasado es una violación a su intimidad. Aunque Ricardo intenta mediar y explicar que Pía solo buscaba comprender, Rómulo no cede. La presencia de Emilia reabre heridas que nunca terminaron de sanar.
La tensión también afecta a Manuel, que empieza a inquietarse por la ausencia prolongada de Toño. Al principio, confía en que todo se resolverá, pero cada hora que pasa sin noticias despierta temores más profundos.
En este episodio cargado de conspiraciones, revelaciones y emociones contenidas, el palacio se convierte en un campo minado. Eugenia se enfrenta a un intento calculado de anulación, Leocadia libra una guerra emocional con su hija, y Curro sigue una peligrosa ruta de verdad, cueste lo que cueste. Todo está por estallar.