🧨 LA PROMESA – Avance Capítulo 584
AYALA SE LA JUEGA A LORENZO CON EL REGRESO DE EUGENIA
🚨 ¡SPOILER ALERT!
El Conde de Ayala vuelve a sacudir los cimientos de La Promesa, aunque esta vez no aparece en persona… sino a través de un regalo tan impactante como peligroso. Lorenzo, ya inquieto por la advertencia críptica sobre su misterioso “regalo de cumpleaños”, no está ni cerca de imaginar que la sorpresa no será un objeto, sino Eugenia, su esposa, quien dejará el sanatorio y regresará directamente al palacio. El “obsequio” del conde no es otro que la revelación más temida.
Mientras tanto, Curro y Pía empiezan a atar cabos, convencidos de que Lorenzo podría estar relacionado con el asesinato de Dolores… y que ese crimen está ligado a la muerte de Hann. Ambos se lanzan en busca de pruebas, cada uno por su lado, y Curro termina confiándole sus sospechas a Ángela. Leocadia, aunque aún en las sombras, podría tener más información de la que parece.
Por otro lado, Catalina expresa con claridad su deseo de casarse con Adriano y, para sorpresa de todos, el marqués Alonso acepta y le da su bendición. En la cocina, las tensiones siguen: Antoñito le ruega a Simona que, si no lo va a ayudar, al menos deje de obstaculizarlo frente a Manuel. Esto deja a Simona nuevamente desilusionada por la actitud de su hijo.
Samuel intenta tocar el corazón de Petra, pidiéndole que deje ver su lado humano, el que ha mostrado en el refugio. Para él, esa es su verdadera esencia, y quiere que la comparta con todos. Petra, cuyo cambio sigue dejando a todos desconcertados, empieza a ganar algo de simpatía entre los criados.
Y como si fuera poco, Jacobo tenía razón: lo peor se confirma cuando Alonso descubre el verdadero motivo del reciente viaje de Martina —fue a visitar a Cruz en prisión—. La reacción del marqués será contundente, enfrentando a la hija de Margarita como nunca antes lo había hecho.
El próximo capítulo promete giros, tensiones familiares, y un regreso que puede hacerlo todo explotar. El juego de Ayala ha comenzado… y Lorenzo acaba de recibir la primera jugada.