La Promesa, avance del capítulo 609 (4 de junio): Eugenia Excluida del Bautizo – Spoiler
El día del bautizo, que todos esperaban con ilusión, se convierte en un verdadero campo de batalla emocional en La Promesa. Aunque los preparativos parecen seguir un ritmo solemne, la tensión invade cada rincón del palacio. Eugenia, con sus comportamientos cada vez más impredecibles, ha sido apartada del evento familiar más importante, lo que genera susurros incómodos, heridas profundas y decisiones irreversibles. Petra intenta limpiar su imagen, pero María Fernández no está dispuesta a perdonarla y la acusa sin descanso, desatando una serie de conflictos que amenazan la precaria paz dentro del servicio.
Mientras tanto, Jacobo y Martina luchan con sus propios demonios, atrapados entre el deber y la falta de amor. Ambos empiezan a dudar sobre su futuro juntos, mientras que, en medio del caos, Rómulo y Emilia hallan una calma inesperada en su mutua compañía. En otra parte, cuando Toño revela solo una parte de la verdad sobre el robo que afectó a su madre, Simona queda atrapada entre el dolor y la desconfianza, porque la verdad a medias duele más que una mentira. Las sospechas crecen y la familia se enfrenta a un día que debía unirlos, pero que parece destinado a abrir más grietas. ¿Qué pasará si Eugenia decide no quedarse al margen?
En la residencia de los Marqueses de Luján, la situación es igualmente tensa. Don Alonso y Cruz han pasado la noche casi en vela, preocupados por el estado de Eugenia, cuya salud mental se ha deteriorado y cuyo comportamiento errático amenaza con arruinar la ceremonia si llega a presentarse. Cruz insiste en que, por el bienestar de Eugenia, de sus nietos y por la reputación familiar, lo mejor es mantenerla alejada del bautizo. La decisión está tomada, pero duele y genera un vacío marcado: la silla de Eugenia quedará vacía, una ausencia que pesa más que cualquier adorno o protocolo.
En el ámbito del servicio, se libra otra batalla silenciosa. Petra Arcos, el ama de llaves, muestra una actitud inusualmente amable, dejando a todos desconcertados. ¿Es una verdadera transformación o solo una nueva estrategia para ganar terreno? María Fernández, con un corazón leal y una lengua afilada, lidera la resistencia contra Petra, recordando todas las humillaciones y malos tratos recibidos y desconfiando de sus repentinos cambios. En la cocina, las tensiones estallan en un cruce de palabras cargado de recelos y acusaciones, mientras Simona intenta mediar para evitar conflictos directos. La guerra fría entre ambas es palpable y cada gesto de Petra es vigilado con lupa.
Por otro lado, Jacobo y Martina enfrentan una crisis profunda en su relación. Su compromiso, antes sólido, ahora se tambalea al borde del abismo. Durante una conversación tensa en la mañana del bautizo, discuten sobre sus diferencias y las dificultades que les impiden avanzar. Jacobo acusa a Martina de preocuparse demasiado por las apariencias y poco por lo que realmente importa, mientras Martina defiende que ha luchado por su amor desafiando a su familia. Sin embargo, ambos reconocen que están en un punto muerto, con discusiones constantes y una distancia creciente. Jacobo confiesa que duda sobre la viabilidad de su futuro juntos y, aunque Martina quiere resistir, sabe que ambos necesitan espacio para pensar.
En contraste, Rómulo, el mayordomo, y Emilia, la cocinera, encuentran un refugio en su amistad silenciosa y sincera. En medio del bullicio y las tensiones del día, comparten pequeños momentos de apoyo mutuo que alivian las dificultades que los rodean. Rómulo busca a Emilia para consultar detalles sobre el evento, y en su intercambio hay una calidez que contrasta con el ambiente tenso de la casa. Emilia reconoce que, aunque intentan esconderlo, las grandes casas también esconden grandes penas, y la ausencia de Eugenia pesa en todos.
Este avance deja claro que el bautizo será mucho más que una celebración: será un punto de inflexión para la familia y el servicio, con secretos, enfrentamientos y decisiones que marcarán el rumbo de La Promesa. La sombra de Eugenia y la lucha interna en cada rincón del palacio ponen en jaque la aparente armonía, dejando a todos preguntándose qué consecuencias traerá este día para sus vidas y relaciones.