Spoiler: “Ángela huye: ¿detendrá el tráfico de armas?”
En los próximos capítulos de La Promesa, Ángela toma una decisión que lo cambiará todo. Con las pruebas del tráfico de armas en sus manos, decide huir para entregarlas al marqués Alonso y desenmascarar al capitán Lorenzo. Anticipa un escándalo que podría sacudir los cimientos del palacio. Pero Lorenzo no dará facilidades: intercepta a Ángela en uno de los pasillos menos transitados y la secuestra, escondiéndola en un granero abandonado cercano. El silencio de los criados lo convierte en cómplice involuntario.
Cuando Ángela trata de escapar, Lorenzo la ata con brutalidad, arrebatándole los documentos del corpiño y burlándose de su valentía. La deja sola y herida, segura de haberla silenciado para siempre. Pero lo que él no sabe es que Curro no tardará en descubrir su desaparición. Encuentra una pista: un fragmento de tela del vestido de Ángela en una reja cercana. Con ese indicio, sale al galope por los terrenos de La Promesa. Al llegar al granero, lo que encuentra es devastador: Ángela, atada a una silla, agotada, pero vivita. Con furia y amor, la libera.
De regreso al palacio, Curro exige al marqués una reunión inmediata con todos los títulos nobiliarios. Frente a la corte reunida, presenta las pruebas: las listas de armas, rutas ilícitas, recibos de sobornos… y describe el secuestro. Lombroso aparece escoltado por soldados, arrogante y desafiando a todos. Pero entonces entra el sargento Burdina con una orden de arresto. Lorenzo es detenido por contrabando, secuestro y delitos contra la corona. El crujido de sus esposas resuena en silencio. Ángela, debilitada pero serena, mira al capitán derrotado.
Curro, con el abrazo tembloroso a su amada, susurra: “Se acabó, jamás permitiré que ese hombre te haga daño”. El fuego de la venganza y la justicia han encendido el gran salón de La Promesa. La verdad ha triunfado.